lunes, 12 de diciembre de 2011

QUÉ FUE DEL "CLÁSICO DEL SIGLO"

     Pues parece que el  enésimo partido del siglo volvió a ser “sólo” un partido más. La pompa que lo encumbró quedó desvanecida en cuanto la corriente mediática que utiliza el derroche y la fastuosidad para magnificar acontecimientos deportivos auspiciados únicamente por sus propios intereses calló batida por los hechos.
       El partido R.Madrid-Barcelona volvió a ser una lección para los medios de comunicación. Una vez más,  “el clásico de los clásicos”, la “batalla de todas las batallas”, “la final de la liga”, quedó, por arte de birlibirloque de los medios de comunicación en “un partido más”.
           Fue una semana difícil de digerir mediáticamente, nada requería de mayor trascendencia en estos tiempos de marea que la “grandeza” del encuentro del Santiago Bernabéu. Los mismos periodistas y aficionados, no saciados con las tertulias y páginas dedicadas a lo que era un partido de la dieciseisava jornada de liga invadieron ese nuevo fenómeno de las redes sociales. La saturación era excesiva por eso era mejor callar, observar y si era posible, evadirse de tanto hartazgo de Madrid-Barcelona.
      Pero la historia se escribe sólo por los hechos. Sólo son ellos los que quedan registrados en la posterioridad. Sólo ellos reconducen actitudes inequívocas que se convierten en efecto boomerang por el excesivo afán mediático de querer crear la realidad.
             Y ha sido eso lo que ha sucedido. Nunca se han derrumbado castillos de naipes con tanta solvencia. La victoria del Barcelona ante el R.Madrid fue un misil directo a todos aquellos que nos empecinamos en convertir el fútbol en el indicativo del ánimo social y casi del indicador de riqueza de un país. Que hasta ahí ha llegado la desfachatez de algún tertuliano voraz embriagado de fanatismo que osó reflexionar que España era un gran país desde que el  fútbol la había ubicado en el cetro donde sólo residen las naciones campeonas del mundo.  ¿Habrase visto insolencia mayor?
         Sin embargo, hoy el pasado ya es ayer. No había finalizado todavía el encuentro del Bernabéu cuando las redes sociales quedaron en silencio. Ya nada era trascendente. Ya casi mejor que acabara el sábado para pasar página. El efecto comenzaba a enturbiar algunas mentes y, espero que algunas conciencias.
           El azucarillo se diluyó en el momento que el Barcelona marcaba el tercer gol. Se acabó el clásico, la final y etc.etc.etc.  Por eso soy yo la que hoy quiere hablar del partido del sábado, cuando el silencio es tan grande que es estridente, o todavía más vergonzante “no hablamos del encuentro R.Madrid-Barcelona”, uff, pero bueno! Sí hace sólo 48 horas era imposible convivir con tanta saturación!.
        Ahora recurriría a la frase que, aunque vulgar ustedes perdonen pero me recuerda a mi abuela cuando decía, “déjame que estoy que se me llevan los demonios”. Pues eso, alguno por cierto podía hacer examen de conciencia y ver que, a veces, mejor que los demonios personales y profesionales se cubran en casa, sólo en la intimidad. Tal vez me equivoque pero creo que el fútbol, sus protagonistas (que no somos los periodistas por mucho que nos empeñemos en ello) y la sociedad en general lo agradecería.
Ah, y VIVA EL FÚTBOL

lunes, 5 de diciembre de 2011

LA ALARMA DE LA PROLIFERACIÓN DE ÍDOLOS DE BARRO

        La creación de ídolos obliga a la modificación de la naturaleza de la persona que, la mayoría de las veces, accede a la elite, la fama y la abundancia desde la inmadurez, la precocidad y en ocasiones la imprudencia y el atolondramiento. El celofán que envuelve el personaje cuando se rompe deja al descubierto la vulnerabilidad  del deportista de elite. El vacío que supone alejarse de la “opulencia” los aboca a adicciones que, muy pocas veces, invierten en positivo la cotidianeidad de quien otrora vivió como héroe.
              La muerte este fin de semana del brasileño Sócrates con sólo 57 años como consecuencia del exceso de alcohol ha cerrado una semana en la que otros exdeportistas han ocupado la página de sucesos. El suicidio del seleccionador galés Gary Speed o la entrada en prisión de Juanele por amenazas y daños a su exmujer son sólo algunos episodios de los conflictos emocionales que envilecen la trayectoria deportiva e hieren al ser humano en el que se acomoda  el mito.
               Es casi alarmante la denuncia a la necesidad de conjugar un éxito que no por vivido, prepara para los reveses que ha de afrontar quien ha de acomodarse a una sociedad que idolatra con el mismo ansia con que se empecina en destruir los cimientos personales de quien no sabe vivir fuera de las atribulaciones que ofrece el dinero y los focos. 
                Otras teorías enajenan a la sociedad de la responsabilidad de educar e instruir en su crecimiento a quien protagoniza sueños adolescentes con la misma avidez con que los devora.
                Vivir hay que vivir siempre al día y en presente, convivir con utopías y quimeras no facilita ni la integración ni el desarrollo sano de la personalidad. Coyunturas deslumbrantes  sólo abocan al fatalismo y a episodios dolorosos y desagradables que enturbian la madurez de quien sólo fue inmaduro cuando requirió con urgencia de la sensatez.

viernes, 25 de noviembre de 2011

INJUSTIFICABLE LA NUEVA FORMA DE NINGUNEO PERIODÍSTICO

             Debería provocar sonrojo en esta coyuntura del siglo XXI referirse a la objetividad al mentar  la labor profesional del periodista. Debería ser aniquilado totalmente el axioma de objetividad en los estudios de periodismo, ignoro si ya es así, pero la simple observación de la realidad convierte en caduca lo que durante siglos fue una ardua pretensión.
          No importa si se examina la información deportiva, la política o la económica. Al menos en este país, resulta ya mera utopía, tal vez incluso quimera, apellidar al periodismo desde esa frialdad que debería marcar la presencia de equilibrio e imparcialidad en la profesión de “contar noticias”.
               El reciente proceso electoral estatal ha acentuado la desaparición de lo que otrora marcaba la honradez del periodista.  Ya nada nos conmociona y hemos convivido varios años con ese escaso límite que nació de forma más escandalosa en la prensa deportiva. Hoy una y otra han llegado ya a parámetros desaforados de favoritismo y/o fanatismo, si hace unos días se retrataba una la otra vaga desnuda desde hace varias temporadas.
            Sin embargo, para los que nos negamos a vivir lejos de ensoñaciones nos sigue ruborizando comprobar esta misma semana el escaso respeto al público en general de los medios y programas deportivos, inmersos en desdeñar cualquier información que enturbie el guión preestablecido de singularizar el derbi futbolístico que se disputa esta jornada liguera entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
          Me parece bien que se pretenda rentabilizar un acontecimiento, ya no resulta hiriente escuchar o leer versar proezas mientras se ningunea, en este caso, otros acontecimientos, otros equipos, otros duelos. Si mis datos no son erróneos “sólo” son poco más de 3 millones los ciudadanos que habitan en la ciudad de Madrid. Sinceramente, ¿merece tanto espacio este duelo?
           Y el ninguneo no se extiende únicamente a los millones de seguidores que estarán pendientes de otro equipo y otro partido que no sea el que se celebra en el Santiago Bernabéu. Ya nada es noticia, no importa cuál sea tu rival sólo vale qué pasa en Madrid.
              El exceso se expande a otros deportes. He aquí, aunque algo tardío, el motivo de mi queja.  No seré yo quien minimice el excelente compromiso de Rafa Nadal para con el deporte español, no seré yo quien reduzca su sobresaliente valor como tenista y personaje público, sin embargo, sin pretender ser chauvinista (aspecto que desdeño con rotundidad), pocos saben que un tenista español va a ser semifinalista en la Copa Máster de Tenis, porque sí entre los cuatro mejores tenistas del momento se ha colado  David Ferrer.
            En la jornada de hoy se ha exhibido la pesadumbre del deporte español  por la eliminación de esa posición privilegiada del torneo de maestros del tenista de Manacor en grado tan desorbitado que ha resultado casi irrespetuoso el escaso espacio dedicado al valenciano. Pocos minutos, pocas líneas. No, no está bien, Ferrer ha conseguido una gesta y es poco culpable que uno de nuestros héroes no le acompaña en su particular proeza. Él no tiene culpa y también merece su esfuerzo el aplauso y no el tercer plano de la información de lo que debería ser la portada en la noticia de hoy del torneo londinense.  Por ello hoy esta humilde ventana se abre y dedica a quien, tal vez sólo si es campeón (y siempre con permiso del análisis de la jornada futbolera) reciba este fin de semana la merecida ovación del deporte español.

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO

              Es inevitable, no lo puedo remediar, para algunos resultará una fábula, para otros una situación irrisoria, otros estoy seguro que lo comprenderán, pero a mí me sigue emocionando la ejecución de mi derecho al voto. Me conmueve estar ante la urna con mis papeletas, en ese momento yo siempre recuerdo la imagen de mi abuelo llorando cuando yo apenas era una niña y él, después de décadas de sufrimiento votaba la llegada de la democracia. Una frase fue suficiente para considerar jornadas, como las de hoy, conmovedoras “nena, vota siempre. A quien marque tu conciencia, a tu libre albedrío pero vota. En todo el mundo han luchado millones de personas durante décadas para que hoy tú puedas hacerlo”.
           Y sí, aunque a veces no es necesario ofrecer argumentos para justificar una decisión, en mi caso, el peso del consejo de mi abuelo es suficiente para fiscalizar de por vida mi participación en cualquier proceso electoral al que se me convoque.
           Votar, sí, votar con “v” y no con “b” como tan despreciativamente y con el único fin de deslegitimar a la población se han dedicado a alentar estos días algunos talibanes informativos que se vanaglorian de sus rancias ideas para avergonzar el derecho a elección que dispone cualquier ciudadano. Son corifeos mediáticos que construyen una propaganda de doctrinas que marcan un desarrollo de pensamiento político que siempre recurre a las emergencias para conceptuarse desde perspectivas que juegan con la mofa, el desprecio y el escarnio para quien no participa del rebaño que creen es el pueblo. Mostrar que este mundo cree en el ser humano es la más grande de las respuestas que podemos ofrecer a este elenco de fariseos.
              Es cierto que en estos momentos la barca de nuestra sociedad (la mundial) navega entre la tormenta que ha de determinar una nueva organización social, un nuevo estado social y una nueva filosofía ética y económica.
            Las doctrinas de pensamiento, las ideologías o las creencias han determinado a lo largo de la historia distintos conceptos de estado, recuerdo casi de carretilla los estudiados que agrupábamos en la génesis (Grecia y Roma), el principio del Estado de Masilio de Padua o Hegel, el estado-nación de la revolución francesa, el estado-sociedad del positivismo, el anarquismo, el marxismo, el humanismo, el estado socialista, el estado-fuerza del fascismo o nazismo y el Estado Derecho.
           Es únicamente éste último el que configura la vida en democracia, ese que ahora es cuestionado pero que, como dijo Churchill, “es el menos malo de los sistemas políticos”. Sí señor, hay que ir a votar. Porque estamos gestando una nueva sociedad mundial.
              Si  el siglo XX fue la centuria de la confrontación y la revolución ideológica, el siglo XIX fue el de la revolución burguesa y social o el siglo XVIII el de la revolución industrial, el siglo XXI vive ahora su propia revolución. Esta coyuntura convulsa por la que transitamos nos conduce al nacimiento de un nuevo estado, una nueva sociedad, unos nuevos principios de convivencia y unos preceptos económicos no estereotipados todavía.
             No obstante, estamos confundidos. Después del “estado de bienestar”, no oteamos el horizonte con claridad y, en consecuencia, no tenemos directrices de guía para actuar. Pero tenemos que ser solidarios, creer en la fuerza humana, transformar nuestro descontento y desasosiego en trabajo por el bien común, que el sentimiento de indignación globalizado en el mundo moderno no condicione nuestra conciencia ni el futuro de nuestros hijos.  Al contrario, con estos preceptos hemos de construir que nos permitan crecer, siempre  desde la libertad, desde la esperanza en el mañana pero con la base en el análisis de lo vivido en centurias recientes pero también arcaicas. Resulta complaciente leer a Aristóteles, Platón, Darwin, Santo Tomás de Aquino, Rousseau, Fichte, Marx o Webber, por ofrecer sólo un pequeño abanico de filósofos.
            Leyendo a cualquiera de ellos en cualquier libro de historia identificaríamos esta depresión económica y social que hoy nos ahoga. Se han reiterado siempre desde que el mundo es mundo coyunturas insoportables en los inicios de una centuria, pero hoy en el siglo XXI hay un ligero pero gran cambio o novedad, disponemos de la experiencia del pasado, sabemos lo que no queremos y reconocemos, incluso los más pesimistas que la catarsis germinará en un nuevo mundo. Aceptar que eso es así y que, no sabemos si por suerte o desgracia, nos ha tocado a nosotros diseñarlo. Si aceptamos este axioma aceptaremos que edificar un nuevo mundo depende sólo de nosotros, de todos nosotros y para ello está prohibido el derrotismo y el escondite en el cascarón como fondo de pensamiento y actuación.

domingo, 13 de noviembre de 2011

CARBONERO Y SERRAT

            Ya es innegable que la comunicación ha cambiado, los aspectos cognitivos de la comunicación de masas que tan arduamente estudiábamos en la carrera de CC de la Información hace unos años, (vale, hace más de una década), no sólo se han visto alterados por el rutilante desembarco social de internet sino que  los argumentos aprendidos han quedado obsoletos por la aparición de las redes sociales.
           Eso de que todo queda impreso e históricamente impecable supone una anacronía, un error de concepto. Hoy Internet te permite rectificar, corregir e incluso alterar razones o comentarios esgrimidos en un momento determinado en una coyuntura puntual.
          En la  jornada de hoy domingo 13 de noviembre, la presencia de internet ha ayudado al periódico más vendido de España. La historia es anecdótica pero, como partícipe en humilde grado de la situación, oso  exponer a quien tenga bien haber llegado hasta este rincón de MI MUNDO.
              Despertaba el día con la lectura de la prensa en el lugar de trabajo y en esas que quedamos altamente sorprendidos el grupo de compañeros por la columna de la contraportada del diario MARCA en la que la periodista Sara Carbonero loaba la figura del portero Iker Casillas. Indiscutible e irreprochables los elogios a uno de los guardametas más importantes de la historia del fútbol pero, qué quieren que les diga, me resulta un tanto estridente que la novia elogie al novio en una columna de un medio de comunicación nacional por el que por cierto percibe unos emolumentos bastante envidiables. Vale que la vida haya llevado a la periodista a ser la pareja del protagonista pero a veces, su propia credibilidad profesional debería censurar determinados argumentos. En ocasiones las críticas a la periodista han sido desaforadas, inoportunas e incluso injustas pero otras veces, la mujer del César ha de “aparentar”. Podía haber excusado hoy Sara Carbonero hablar de su pareja sentimental, yo soy de la opinión que mejor no dar de comer a los que disponen de hambre voraz para ningunear una profesión. No hubiera pasado nada si Carbonero hubiera utilizado “cualquier” noticia de la semana para cubrir su espacio en el periódico deportivo.
              Pero, en fin, si la chica decide volver a ensamblar vida profesional y sentimental bajo la perspectiva de “que hablen de mí aunque sea mal”, allá cada cual. Eso sí, ya que te decides a realizarlo qué menos que intentar bordar el escrito que quedará para la posterioridad.
           Pues bien, comienza poéticamente la opinión de Carbonero “caminante, son tus huella el camino y nada más, caminante, no hay camino, se hace camino al andar (Serrat)”. Vamos que la periodista atribuye uno de los poemas más carismáticos y populares de uno de los mejores poetas que ha dado este país (Antonio Machado) al cantante Joan Manuel Serrat que únicamente se dedicó (y excelentemente por cierto) a  “musicalizar” la poesía del literato andaluz. Un error obvio.
           Era inevitable puntualizar la situación y, cómo no, era sugerente incluirlo en “twitter” y conocer las reacciones del público (lo siento, casi definitivamente me ha seducido esto de utilizar 144 caracteres para opinar del mundo ante el mundo). En esas andábamos cuando comenzaron a arreciar las críticas y comentarios contra para esta humilde periodista cuando el desarrollo de los hechos me lleva a pensar que no fui ni mucho menos la única persona en denunciar tan craso error.
               Como avanzaba la mañana el comentario inundaba ya las redes sociales. Fue en ese momento, poco después de las 13.00 horas cuando el diario MARCA corrige en su web el error y atribuye la autoría de “Cantares” al único que dispone de ella, Antonio Machado. Y como rectificar es de sabios, mi enhorabuena al periódico por recoger la denuncia tan aforadamente extendida. A veces un poco de cultura general es tan indispensable como unas piernas largas para una modelo o una fotogenia espléndida para una presentadora.

viernes, 11 de noviembre de 2011

PARÓN DE LIGA PARA ESTO

            Va a resultar casi un sacrilegio confesar cómo me aburre extremamente ahora, en pleno mes de noviembre, un partido de la selección española. Por muy campeona del mundo que sea. ¿Parar la liga para esto?
            Ustedes disculpen pero puede ser motivante para las arcas de la Federación un partidito en Costa Rica pero, sinceramente, si alguien encuentra algún atractivo futbolístico al evento estaría encantada de conocer sus argumentos. Ni tan siquiera la curiosidad por ver a tal o cual jugador desenvolverse entre los mundialistas resulta suficientemente seductor, y más si analizamos lo poco amigo que está resultando ser el seleccionador nacional a cambios que motiven un poco al aficionado.
              No voy a entrar a discutir ni la personalidad ni los conceptos futbolísticos con los que ha impregnado el combinado nacional Vicente del Bosque  (heredero de un conjunto configurado ya en la Eurocopa que, recordemos, ganó España con Luis Aragonés en el banquillo), pero aun aceptando estas premisas, resulta un tanto desconcertante observar el poco apego a  novedades del seleccionador para con sus convocatorias.
              Era ésta una buena oportunidad para comprobar cómo se las apañarían vestidos con la “roja”  futbolistas con actitud y estado presente óptimo, como el valencianista Roberto Soldado, o bien, jugadores con futuro esperanzador y que todavía cohabitan en la sub’21 cuando se otea su incuestionable poder para dirigir el equipo español en unos años, como el joven Muniaín. Personalmente me hubiera gustado que la selección ofreciera cosas nuevas, dice un amigo que “hasta del caviar se cansa el hombre”, pues sí.  Y más si el caviar a veces te lo tomas con cervezas y no acompañado de champagne o cava que sería lo más oportuno.
           No señor, esta vez creo que es criticable la actitud del seleccionador en este parón competitivo de liga. Muchos equipos y futbolistas hubieran agradecido una brisa nueva en un conjunto que ve cómo algunos de sus campeonísimos tendrán complicado llegar al siguiente mundial en nivel competitivo adecuado.  Queda muy bien el homenaje a los internacionales “centenarios” pero también hubiera quedado muy bien observar nuevos rostros en el equipo que, al fin y al cabo, es el equipo que representa a todo el fútbol nacional.
         En fin, como factor positivo queda personalmente poder observar una vez más el majestuoso, impresionante y excelente recinto deportivo que es el estadio de Wembley, uno de los estadios más espléndidos y de mayor cariz simbólico  en el universo futbolístico. Puede que, con la morriña de recuerdos imborrables vividos en el mítico campo de fútbol inglés, la nostalgia me robe la mirada de reojo siquiera unos instantes en el encuentro entre España e Inglaterra del sábado 12 pero, señores, un Costa Rica-España. Uff, será difícil que siente a alguien ante el televisor.
            Allá la Federación, sólo un reparo que, ni mucho menos pretende ser ni consejo ni dictamen, la gallina de los huevos de oro también sucumbe, su vida más o menos larga depende del mimo, el trato y la consideración con la que se le  crie o malcríe. Y de eso sólo su dueño es responsable.

lunes, 31 de octubre de 2011

¿ES EL RIESGO INHERENTE A LA VIDA O HAY VIDAS QUE SÓLO SE DISFRUTAN DESDE EL RIESGO?

          La gente de la mar siempre ha dignificado la profesión de quien coquetea con la parca, el objetivo es no sucumbir ante los peligros naturales. En la tauromaquia es precisamente ese tonteo con la posibilidad de encontrar la muerte lo que dota de sentido la emoción de lo que, muchos definen como “arte del toreo”. En el deporte, el peligro que entrañan la práctica de modalidades como el montañismo también acarician el riesgo para dotarla de una innegable emoción y un deseo de aventura que diseñan una personalidad, cuando menos singular.
       Otros, mal denominados deportes, como el motociclismo  o el automovilismo se revisten de un alarmismo e inseguridad innecesaria. No deberían idolatrarse vidas que sólo encuentran significado tras aceptar el riesgo inherente de convivir con el peligro de forma permanente.
           Es inconcebible que una de las causas de muerte más altas en el país entre los adolescentes (accidente de moto), se encumbre entre jóvenes, muchos de ellos imberbes, que asumen el rol de simples iconos publicitarios para convertirse en tremendistas y vivir su aventura sin la premisa del alto porcentaje de accidente y contingencia que puede originar una fatalidad irreversible.
          La muerte de Marco Simoncelli ha exacerbado lo que, mientras para unos es un espectáculo, para otros es un hobby demasiado arriesgado. Correr embutido en un mono con sólo el protector de un casco a velocidades que superan los 250 km./h. es una temeridad.
           Cada vez la edad media de los pilotos es más tempranera, un dato que lejos de congratular debería alzar las alarmas  y levantar la alarma social. No es deporte aquel donde la destreza en manejar una máquina. Ello significa aceptar que el triunfo depende más de la tecnología que del esfuerzo del hombre.
         El colectivo “motero” rechaza de pleno esta argumentación, pero sí enarbolan banderas de protección ante las autoridades ante fatalismos como la muerte del piloto italiano. “Quemar goma o rugir el motor son algunas de las expresiones de quienes, tal vez, de forma inconsciente, quieren ejemplarizar lo que definen como forma de vida.
         Dice Serrat que “cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere”. Perfecto, pero yo, puesto a escoger, prefiero aplaudir lo conseguido tras un buen esfuerzo físico antes que una modalidad deportiva que principalmente juega con la rebeldía de jóvenes adolescentes por intereses únicamente económicos.

domingo, 23 de octubre de 2011

DE CÓMO EL CAMBIO SOCIAL HA MATADO EL ESPÍRITU PERIODÍSTICO

           Querer analizar la realidad sin perspectiva histórica supone renunciar a la memoria que habría de prevalecer para construir con calidad el futuro en todos los ámbitos de la vida personal y profesional. En consecuencia, apelar a estos preceptos tiene el cariz de ser básico y transcendental en la cimentación de los pilares de la sociedad.
          Sin ninguna duda, el siglo XXI está siendo la centuria de una nueva revolución. La globalización de la indignación como estado anímico de la población mundial no es más que el resultado de las sacudidas que social, política y económicamente subyacen en este tiempo en el que transitamos.
             Tal vez por tantas convulsiones es por lo que somos incapaces, esta sociedad, este país, es incapaz de atemperar los nervios para reflexionar. Muchas veces sólo desde la catarsis surge el dictamen más acertado. Por ello, entiendo que pueda más el cabreo general y la rabia que la complacencia o el análisis racional; pero en este mundo existe una bendita profesión que debería saber acompañar en el camino de quienes contradicen informaciones pulcras.
            Está bien, muy bien, que el mundo se mueva por sentimientos pero a veces el raciocinio debería poder mucho más que la tormenta de abrazar ideales, a veces tan irracionales y triviales como los que se gestan en el fanatismo.
                Todo esto debería ser el ideal del ser humano pero mucho más trascendental entre quienes retratan la realidad que quedará plasmada en la historia: los periodistas.
               Enfada mucho si tienes el anhelo de querer contar noticias, sólo contar noticias, observar y escuchar palabras y comportamientos más próximos a la servidumbre ideológica que al excelente oficio de plasmar la realidad.
                 Tamizar todas las informaciones desde atalayas de una sola dimensión  convierte en apologistas a quienes, por desgracia, (sí por desgracia), han asumido encantados la autoría de dibujar contornos del paisaje con trazos de confusión en el camino de asumir que vivimos el periodo de construcción de una nueva sociedad.
                  En vano detallaríamos infinitas informaciones, pero estos días la noticia del fin de ETA, el asesinato de Gadafi o la retirada de tropas estadounidenses de Irak han sido retratadas desde perspectivas indignas de periodistas que asumen encantados el rol de protagonistas.
               Duele ver como naufraga el periodismo a borbotones, duele y mucho a quienes soñábamos con vivir con la humilde tarea de participar en edificar un nuevo mundo. Y duele saber que cada día se envilece más la profesión por el vil interés de sólo un puñado de personajillos. Ellos, sólo ellos, serán los que ganen su contienda mientras la prensa continua apartada del espíritu pionero del nacimiento de la otrora noble profesión periodística.

lunes, 17 de octubre de 2011

EL ORGULLO DE UN LEVANTE LÍDER DE PRIMERA DIVISIÓN

            No resulta fácil crecer entre la adversidad, no resulta fácil mirar alrededor y descubrir que las ensoñaciones alimentan el alma en tiempos donde el ánimo globalizado es la indignación. No, no es fácil sonreír ante el permanente histerismo social, los desmanes políticos, el desvarío económico. No, no resulta fácil sacar pecho, alzar la barbilla, mirar al frente y alegrarse por vivir.
         Si el siglo XX fue el cambalache del tango de Gardel, el siglo XXI es la locura desbordada. Pero entre tantos fanatismos irracionales y tanto raciocinio corrompido encontrar un germen de ilusión es una brisa fresca singular, brillante y altamente recomendable para acunar tanta desazón.
         Ante el declive en creencias ideológicas, religiosas, políticas, filosóficas o culturales, el vínculo indisoluble que siembra la pertenencia a una entidad futbolística se adjetiva de forma contradictoria. Para unos será “el opio del pueblo”, para otros, será  la rueda de salvación entre tanto quebranto.
             A veces la identificación con un club representa todo un ideario de valores y principios. Muchos hablarán ahora del Levante UD por ser colíder de 1ªDivisión, muchos subirán a la espiral de triunfo que tan buena acogida tiene en esta superficial sociedad que nos ha tocado transitar y donde parece que únicamente la élite tiene cabida. Sólo unos pocos entenderán que estas semanas un grupo de aficionados a esto del “futboleo”  adornen sus balcones, tertulien a la orilla del mar, sonrían e incluso se ensimismen con imágenes, se pierdan entre chistes y disfruten. Sí, disfruten.
         El Levante UD es un club que ha estado casi obligado a vivir en clandestinidad permanentemente. Tiene en su historia varios “pecados”: nacer junto al mar, ser hijo de un barrio de pescadores o disponer de una semilla políticamente incorrecta en su ideario. Sí, el Levante fue quien abrió el fútbol a la ciudad de Valencia como Cabañal FC. pero para poder ser admitido en el señorío feudal hubo de unirse al equipo de la parte noble de la ciudad, el Gimnàstico. 
           Desarraigaron al Levante de su raíz para proceder al artificial nacimiento de una entidad que sí mereciera el beneplácito de la parte rica de la ciudad. Los aficionados emigraban cada semana de su barrio junto al  mar para poder ver en acción a su equipo que ya tenía otros colores y otro nombre. El norte pudo más, como casi siempre, el poder pudo más, la riqueza pudo más. O al menos eso creyeron y eso dejaron que creyeran los que debían hacerlo, aunque parece que no fue del todo así porque fue el pueblo del mar el que siempre con su fidelidad permitió la subsistencia de la nueva entidad. Sus vecinos recurrían a tranvías, autocares o bicicletas para acompañar a su equipo en su peregrinar para ser merecedor de los parabienes que sólo podían recibir si demostraba su “valencianía”. La gente de la mar poblaba la grada mientras en la preferencia los ricachones encendían su puro y se sentaban en sus sillas de madera a presenciar lo que ese grupo de chavales venidos de la zona más costera de la villa era capaz de hacer.
         No fue el único intento de conquista. Un desvarío de triquiñuelas de la gente de alta alcurnia que controlaba el nuevo club dejó de nuevo en la ruina al Levante UD allá por los años 70 y otra vez el ansia de los mandamases políticos y económicos de la ciudad dejaron huérfano al equipo. Le construyeron un estadio en medio de la huerta, entre la “marjal”, las acequias  y el bancal crecía un desangelado campo de fútbol. Otra vez el desarraigo.
             Ante tanta adversidad, sólo un grupito de seguidores seguía fiel. Sólo unos centenares de familia mantenían vivo el espíritu del Levante UD.  Después de décadas de sequía victoriosa y padecer el abandono de los poderes de facto de la ciudad un grupo de fanáticos consigue que el equipo comience a relucir; pero la fatalidad no contenta con ensañarse con la decana entidad futbolística en otras épocas vuelve a rugir para dejarla herida de muerte. Vuelve el pueblo donde nació el club a salir al rescate a pesar del caudillismo con el que se pretende manejar al club. Se intentará una nueva conquista, el ideario socio-cultural-ideológico y político de la entidad tendrá que ser aniquilado si quiere sobrevivir. Esa es siempre la consigna.
           Pero ante morir o vivir, se cederá.. El levantinista de cuna cederá el terreno para que un grupúsculo de personajillos presuntuosos “compren” sus valores, los maquillen e incluso los envilezcan bajo la melodía de la supervivencia.
             El objetivo renacer. Así lo hace los últimos años. En la cúspide la burguesía valenciana del siglo XXI, en la grada como siempre el pueblo. Se ha logrado una pacífica convivencia porque ahora sí, se ha atemperado el ímpetu victimista que se extendió durante décadas entre muchos seguidores, se ha cedido a campañas fariseas políticamente correctas, se ha maquillado la historia ya vivida para poder sobrevivir. Otra vez pagar o morir.
           Aunque la verdad, les hemos dejado entrar para que nos auxilien porque hay principios incandescentes, invisibles pero perennes. El pundonor, el esfuerzo, la solidaridad, la humildad, la honestidad, la ilusión, la laboriosidad, con estos mimbres un equipo con 102 años de historia escribe sus páginas más brillantes hoy. Y esos precisamente son los factores que estamparon los que fundaron este club.
              Generaciones enteras han marchado dejando estos valores como legado para que hoy, sus nietos vivamos entusiasmados, en tiempo de crisis de pensamiento, ideas y terremoto político-social, el orgullo de percibir el aroma del éxito y el triunfo que supone para el viejo pueblo del mar ver a su equipo mandar en el universo futbolístico nacional.
            Así es la gente del Levante, así recuerdan los mayores la historia y así hoy, pese a quien le pese, la he querido plasmar en este rincón. En recuerdo de aquellos que fueron sonrojados por su afición a esta hoy, exitosa entidad.
           Muchos no entenderán nada pero otros verán reflejada aquí su versión de la historia de un club que vive en este otoño de 2011 obnubilado por la satisfacción imprevista que recibe hoy por su pertenencia a la familia futbolistica que manda en el país: la familia levantinista.

domingo, 12 de junio de 2011

CÓMO SER GRANDE EL PEQUEÑO

          A veces el detalle florece por encima de los conceptos, son esas ocasiones en las que la anécdota o la singularidad adquieren aires de grandilocuencia. En el periodismo deportivo, las serpientes mediáticas se enrocan como espiral interminable en épocas estivales donde la ausencia de información se sustituye bajo dos vertientes. O bien, el rumor se endilga en noticia de cabecera o bien, el más insólito de los eventos deportivos se convierte en punto neurálgico de la actualidad.
                   Pasa todos los veranos. Algunos incrédulos todavía creen que el Roland Garros, el Tour de Francia, el torneo de Wimbledon  o la Fórmula Uno, son  acontecimientos tan atractivos como significantes para la eventualidad de la temporada deportiva. Nada más lejos de la realidad. El aspecto de estos eventos y su reflejo en el devenir social  no se tensaría ni se devoraría fervientemente por audiencias desorbitadas si en juego estuviera el campeonato nacional de liga.
             Sin embargo, todos aceptan el rol de “segundones” que el fútbol les deja para erigirse, en épocas de sequía futbolera, en desaforados puntos de atención mediática y social. El por qué siempre se engrandece cuanto sucede en estos eventos radica precisamente en esa ausencia que visualiza otra realidad cuando el año futbolero está en auge.
               Sin competición internacional ni Juegos Olímpicos con los que sestear, los pequeños crecen y se consume desaforadamente cualquier escena deportiva que se vislumbra. Este año la cotidianeidad nos está dejando tan en precario informativo que el desaliento de exponer nombres dorados como grandes fichajes no sacia la avidez del periodista ni mucho menos la del forofo empedernido.
              Ante esta coyuntura, lo hemos vivido en el reciente Roland Garros y en perspectiva casi podemos adivinar la atención desmesurada que centrarán situaciones como la próxima edición del Wimbledon o el Tour de Francia en el mes de julio. Tiempo al tiempo y portada a portada se retratará esa impostada realidad, al fin y al cabo, en tiempos de crisis es necesario direccionar la atención social y nada como el deporte ocupa ese espacio en este convulso siglo XXI tan cambalachiano como el XX cantado en el tango.

viernes, 10 de junio de 2011

EL DESALIENTO DE LA REVOLUCIÓN FRUSTRADA

              Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Albergar esperanzas e ilusión ante quimeras que nacen con el empuje de la utopía, son ensoñaciones que prenden en momentos donde la sociedad es tan mercantilista y pragmática que cualquier subversión parece no sólo fea e inadecuada, sino incluso improcedente.
                Por eso cuando un movimiento nace desde la espontaneidad y la pureza de un sentimiento de necesidad y se diluye sin homogeneizar criterios, deja desazón en todos aquellos que, de una u otra forma, caímos embaucados por la grandeza de vislumbrar un nuevo horizonte.
               Vivimos en un mundo de permanente cambio. Las estructuras políticas y económicas están tan en entredicho como la desconfianza que generan en una sociedad también desestructurada.
              Cualquier revolución se antoja necesaria porque de sumisión ya anda muy cargado un siglo XXI tan convulso como tembloroso en su perspectiva. Muchos imaginamos que las “acampadas” en España podrían germinar. Alborotar el gallinero y alumbrar nuevos caminos parecía un perfecto ensayo para ir más allá, reunir un catálogo de proposiciones realistas y canalizar una vía diferente de asentamiento de una sociedad que busca desesperadamente el acomodaticio a una nueva era…, pero no fue así.
              Los candiles no han abierto vereda en el bosque, los huracanes se han acomodado en brisa pálida y los sueños y compromisos que quisimos creer que podrían alborotar el sistema se han extinguido hasta perecer.
              Querer alcanzar un sueño es tan difícil como intentarlo pero desfallecer cuando ya se había iniciado el sendero es la forma más triste de morir una ¿revolución?.
             Se nos olvidó que “caminante no hay camino se hace camino al andar”…o ¿faltó quien quisiera de verdad caminar?.

domingo, 5 de junio de 2011

EL ANHELO VANGUARDISTA DE LOS MÉDICOS DEL DEPORTE

          Pertenecer a un universo profesional como el mundo del periodismo te permite  compaginar tu cotidianeidad con diferentes colectivos y a veces, si tienes suerte, incluso puedes convivir con ellos. El privilegio en este camino me acompaña y en la amplia gama de grupos que conforman mi tarea periodística he podido aproximarme a los médicos del deporte.
             Abandonar la atalaya desde donde otear sus comportamientos y poder participar de sus inquietudes, emociones y capacidades, me ha ofrecido la apertura de una perspectiva tan necesaria como apasionante para poder ampliar mi discurso y mis conocimientos, algo que debería ser casi obligación para cualquier narrador de noticias. Conocer para poder hablar en propiedad…una quimera en el periodismo actual pero en fin, eso es tema de otro artículo.
             Hoy mi ventana se abre para exponer mi elogio a los médicos del deporte, mi humilde reconocimiento a su labor y su permanente anhelo por superarse, mantener la agilidad del hábito de estudio, (ese que se diluye generalmente cuando abandonas la universidad), mi aplauso por su fascinación y por tener en la innovación un desafío.
            La medicina deportiva es un potencial en permanente desarrollo, su actividad requiere de una indeleble necesidad de continuo reciclaje. Por eso, convivir unas jornadas con los doctores te lleva a descubrir que les apasiona su profesión, se inmiscuyen en debates y en una continua curiosidad que los mantiene no sólo inagotablemente despiertos sino también avispados, vivaces.
            Los que se erigen en héroes del ocio, esos deportistas iconos mediáticos que destellan protagonismo, deberían elevar su pleitesía a esos galenos que diariamente se entregan para la exhibición y optimización de sus cualidades. Trabajan de forma sigilosa y son incontables sus atenciones para el deportista. Desempeñan su profesión desde el sentido de la responsabilidad y la necesidad de intimidad que les exige la realidad en la que cohabitan. Potencian la percepción y son tan intuitivos como efectivos.
    Por todo ello, mi más profunda admiración a los médicos del deporte y, en singular, a los médicos de fútbol. Soy sólo una voz tenue e insignificante, pero desde esta pequeña torre, mi ovación a la entrega de quienes siempre son vanguardistas en su actividad y serviles para el lucimiento de los ídolos de esta sociedad que tiene en el deporte no sólo el principal escaparate de ocio, sino también el indicador del estado de ánimo de todo un pueblo.

DE NUEVO...ARRANCAMOS

               Cuando la vorágine de la sociedad que nos engulle acelera el ritmo es casi imposible incluso marcar tu tiempo vital. El argumento de tu libro de vivencias aparece diseñado por esa apisonadora que lleva implícito un ritmo de la cotidianeidad que te impide no sólo disfrutar del ocio sino incluso disponer de él.
                   Bajo esos parámetros este escaparate de emociones y retratos del día a día que pretendía ser este blog, ha estado anquilosado las últimas semanas. Sin embargo, el mundo gira y gira y la actualidad acelera a un ritmo vertiginoso. Han pasado tantas cosas que sientes escapar entre los dedos todo cuanto te acontece sin tener tiempo para recalar en la reflexión.
             Así es la sensación que hoy me envuelve. Me hubiera gustado retratar ese apasionante final de campeonato de liga, regocijarnos por la conquista de la Liga de Campeones del FC.Barcelona, recoger los anhelos de una situación política que vive la primera revolución del siglo XXI, comentar el quiebro de las estructuras de la sociedad que nos tiene a todos desubicados….Son tantas las necesidades de gritar que a veces es metabolizar para no quemar la fuerza en un solo intento.
            Por eso hoy, al enfrentarme a este teclado quería decir tantas cosas, contar tantas anécdotas, discernir sobre…, ante esa intranquilidad lo más sensato ha sido abrir la ventana y esperar que la brisa me de aliento para arrancar.
           Las musad dilucidarán con el amanecer de un nuevo día por donde retomamos el pulso a este rincón de la red desde este blog.

jueves, 14 de abril de 2011

EMPACHO DE CLÁSICOS

      Este mes de abril 2011 no va a pararse el mundo por las celebraciones semanasanteras, ni tan siquiera las siempre anheladas vacaciones pascuares van a romper la cotidianedidad, hasta litúrgicamente va a haber prebenda porque, señores, este año toca fútbol.
             La inminencia del primero de los cuatro encuentros que en poco más de una quincena va a enfrentrar al F.C.Barcelona y al Real Madrid invade la cotidianeidad tanto en las tabernas como en las oficinas, en la Universidad como en las comidas familiares dominicales. La sociedad futbolizada es capaz incluso de postergar el automatismo vacacional que suele caracterizar el mes de abril en España. 
            Los duelos que se avecinan en Liga, Copa del Rey y Champions League, son un material lo suficientemente exhortado por los medios de comunicación para conminar cualquier otra información que pudiera "interferir" en lo único que parece realmente importante. El fútbol es un sujeto agradecido y la exigencia de la demanda comercial desorbita el rol informativo para poder invadir la realidad de todo un país sin remordimiento de conciencia. Los aficionados al deporte del balompié alimentan su entusiamo, pero incluso los fanatismos irracionales necesitan de reposo para soliviantar tanto empacho de "partido del siglo".
            Los medios de comunicación, amparados por las "necesidades" que marca la  audiencia, pierden incluso su dignidad para alimentar la fantasía de la lucha fratricida, convencidos que nadie se va a resignar a la curiosidad y que su apuesta es incontenible. Sin embargo, el territorio puede ser árido y el desdén que puede originar esta singular coyuntura seguro, depreciará el producto por saturación.
             Que se mantenga la audiencia y el entusiasmo por los partidos dependerá del tratamiento de la información de los corifeos mediáticos. Sólo por ello sería altamente recomendable prudencia. En tiempo de crisis no hay que limitar la ilusión pero, si es cierta, la teoría de Javier Marías que el fútbol es la recuperación semanal de la infancia, actuemos todos en medida o nos toparemos de bruces con la adolescencia y ya se sabe, lo impertinente que es el acné, el espíritu rebelde incomprendido y la obligación de crecer a base de golpes.

martes, 29 de marzo de 2011

CÓMO EVITAR QUE LOS ÁRBOLES NOS IMPIDAN VER EL BOSQUE

             Desde que vivimos en una sociedad futbolizada y el periodismo ha perdido su axioma de retratar la realidad para tergiversar la descripción en opinión, algunos personajes sufren el peso de ser encumbrados hasta cúspides populistas que, a veces, no consiguen el objetivo manipulador de modificar la naturaleza de la persona. Son individuos que disfrutan de su profesión desde una atalaya inalcanzable. Aceptan el concepto de ídolo, pero no la prebenda con la que el coro de grillos pretende manejar la trayectoria de quien acepta su notabilidad, ni el manejo al antojo de su persona bajo la tutela de modas esnobistas sostenidas en ideologías interesadas que marcan líneas editoriales o intereses económicos.
            En el fútbol sobredimensionado que nos acoge podemos poner incluso nombres propios a quienes son excelsos en el universo del balompié pero que han sido utilizados para tutelar (y titular) centenares de coyunturas. Raúl González Blanco y Fernando Torres personifican este retrato. Ambos son estrellas en el desempeño de su profesión pero han sido utilizados como estribos por medios de comunicación y periodistas. Los dos han sabido asumir (cada uno en su momento y en su equipo) el rol de ídolo de masas desde la humildad. En la cercanía no sólo irradian cordialidad sino que su cotidianeidad se reviste de una sencillez divergente de la imagen modelada por los medios de icono o emblema de tal o cual equipo. En un deporte colectivo nunca la singularidad es buena, por mucho que la prensa se empeñe en señalar con el dedo acusador y utilizar a los protagonistas a su antojo, o mejor, atendiendo únicamente a sus intereses y a la dicotomía puntual de encumbrar o envilecer trayectorias profesionales.
        Raúl ha marchado del fútbol español sin desasosiego y ha conseguido cobijarse en el disfrute de la práctica del deporte donde es innegable, ocupa un espacio en el podium de mejores futbolistas del espectro del balompié español. Me consta que, tras superar Villa su registro como máximo goleador de la selección, Raúl ha aplaudido aliviado. Su nombre ya no será esgrimido para abrir debates mediáticos de contenido melifluo.
     Finiquitada una serpiente mediática nutrida interesadamente durante años, estos días el sujeto-objeto es Fernando Torres. El jugador, que firmó la página de oro del fútbol español con aquel gol en Viena que daba la Eurocopa a la selección española, está siendo núcleo de abyectas palabras por el simple hecho objetivo de no haber marcado gol en 3 partidos. Resulta estridente leer o escuchar que el nuevo jugador del Chelsea lleva 6 meses de sequía con la “roja”…; pero señores,¡si sólo se han jugado 3 encuentros!, Torres ha disputado 124 minutos en los partidos ante Portugal, Colombia y la República Checa. Estas son las frías y reales estadísticas. Conceptualmente esta es la realidad.
      Querer germinar mensajes erróneos amparados bajo objetivos incongruentes con los principios éticos que exige el retrato de la realidad es injusto, tendencioso, arbitrario e incluso absurdo.
        Ni Raúl fue merecedor en su momento del desconcertante discurso sembrado respecto a su figura, ni hoy Fernando Torres merece el andamiaje argumental construido por la simpleza de no haber conseguido gol en 124 minutos. El respeto a la carrera profesional de ambos, junto a la solidaridad conmovedora que desprenden, debería ser suficiente para que alguien viera el bosque y no utilizara las sombras y los árboles para fundamentar el propagandístico envoltorio que sostiene el entramado de lo que sólo es una serpiente mediática en tiempo de escasez de imaginación periodística.

sábado, 19 de marzo de 2011

¿TIENE SOLUCIÓN LA DEGRADACIÓN DEL PERIODISMO?

            El periodismo está en precario, o mejor, agoniza. La solemnidad y el manto bajo el que nació el “oficio” de contar noticias  y que tendría su raíz incluso más allá de la época moderna, vive una crisis de valores. Amparados en la libertad de expresión, el modelo de negocio que ha experimentado el manejo de la información ha empequeñecido la ética de una profesión que se nutría de unos preceptos que parecen anacrónicos exhortados por el clima social y las exigencias de las demandas comerciales. Pero también, (no debemos obviarlo) por la falta de responsabilidad de la que adolecen las nuevas generaciones de ¿periodistas?. Personajes que ejercen una profesión para la que muchas veces, no sólo no están preparados intelectualmente, sino tampoco éticamente.
          La coyuntura no sólo se circunscribe a un modelo sino que se extiende a lo que ya es un territorio árido que engulle todas las exigencias mínimas del buen periodismo. El debate sería extenso, pero la depreciación es innegable.
         Por una parte, la proliferación de medios de comunicación, lejos de incentivar al periodista, ha envilecido los principios morales que se le otorgaron al actor principal cuando germinó esta profesión. El intrusismo ha proliferado refugiado en la cantidad. Bajo esa premisa se “ha abierto la veda”, Los deberes y obligaciones del periodista como tal quedan relegados por el ansia de convertirse en actor principal. Hoy el periodista es el personaje.
            La rigurosidad parece diluida y la solemnidad dilapidada. Iñigo Gabilondo, en un magnífico retrato sobre la coyuntura periodística que realiza en su último libro, ha expresado con contundencia que “el paro se ha convertido en el enemigo de la libertad de expresión”. Argumento que comparto al 100%, pero, no obstante, este análisis no debería permitir el “tutti-frutti” en el que se ha convertido ejercer el oficio de contar las cosas. Y aquí incluiríamos también la proliferación del busto parlante y la “niña mona”, excelente locutora leyendo el telepronter pero escasa de recursos para los momentos de espontaneidad y/o de rigor informativo que ha de ser innato e inherente al ejercicio de la profesión periodística.
            El deterioro, por tanto, tendría una raíz en el intrusismo que ha generado corifeos mediáticos, pero también en las exigencias económicas y las dependencias ideológicas que han reducido la pluralidad y la honestidad. Y no vale la excusa de la lucha de una audiencia porque ésta, no sólo comienza a dudar de la veracidad de lo que se le ofrece.
            Los pioneros en contar noticias no aceptarían el felpudo de las excusas, deberíamos de dejar de ser reticentes y asumir la responsabilidad de ser referente en un mundo en catarsis. De cómo sepamos adaptar el periodismo a la coyuntura será lo único que nos permita endilgar el camino del prestigio de quien tiene el deber de retratar el cambiante mundo que nos rodea desde una total independencia.

sábado, 5 de marzo de 2011

BAJO LA ÉGIDA DEL DINERO

           Hace años  que el fútbol ha cruzado la barrera del deporte y el ocio. La sociedad del siglo XXI es más que nunca una sociedad futbolizada. El balompié dispone de la fuerza para que el mundo se mueva a su alrededor y, en tiempo de crisis, recurrir a los factores que puedan permitir el mantenimiento de una situación económica agravante necesita del ingenio para seguir viviendo en la “ficticia” opulencia que envuelve el mercado del fútbol.
           Es precisamente esa necesidad el argumento que esgrimen los máximos responsables del fútbol nacional para ofrecer su producto a quien, parece, más disponibilidad económica puede ofrecer a las entidades futbolísticas: la audiencia asiática.
      Agudizada la crisis en el mercado audiovisual nacional, a brazos de quienes se entregaron, más por obligación que por amor la LFP y la casi totalidad de clubes, ahora es necesario sacrificar ese relación de fidelidad ficticia televisiva para sobrevivir.
             El rumor va adquiriendo visos de realidad y pronto se disiparán las dudas que, hoy por hoy, casi nadie mantiene, para aceptar que el calendario futbolístico va a sufrir una nueva catarsis. Si esta temporada los encuentros se reparten con horario totalmente heterogéneo y con una horquilla que comienza el viernes y finaliza el lunes, la próxima campaña el planteamiento abriría la agenda futbolística el viernes con partidos de la máxima categoría que permitiría a los equipos que participan en competición continental jugar este último día laborable de la semana. ¿Se imaginan un Barcelona-Real Madrid un viernes a las 22.00 h:?. No resulta tan descabellado porque ya hemos vivido este mismo partido lunes esta misma temporada. Y parece que el experimento económicamente fue bastante rentable.
          Pero este cambio tiene un agravante mayor porque la autenticidad del fútbol en horario taurino de las 5 de la tarde quedaría silenciado para satisfacer otras necesidades. La premisa que barajan los organismos oficiales estudia ya el inicio del horario futbolero a las 12 del mediodía, seguiría con la novedad de adaptar el horario inglés de las 15.00 horas antes de iniciarse la jornada vespertina con los partidos de las 17.00, 19.00, 20.00, 21.00 ó 22.00 horas.
             La audiencia crecería a nivel internacional, el rendimiento publicitario se engrandecería; pero ¿la presencia de público en el estadio menguaría?, y otra gran duda, ¿cómo adaptarían su contenido el tradicional programa carrusel radiofónico?.
              Los socios habrán de realizar encaje de bolillos para adaptar su pasión futbolística con la estabilidad familiar, pero ¿y la radio?. El programa más atractivo de la programación radiofónica es la inmediatez, la vivacidad y la emoción que transmite un carrusel futbolístico que desde  su nacimiento ha sido el producto que más audiencia ha obtenido. Pero, si se cumplen las medidas planteadas por el fútbol, resultará también curioso saber cómo agudizarán el ingenio los responsables de este medio de comunicación para crear un producto nuevo, ¿será una retransmisión?, ¿será un magazine deportivo?.
Las incógnitas atraen, así que estaremos alerta para ver si la intransigencia del fútbol en muchos aspectos queda desvanecida por la necesidad de la supervivencia económica.

martes, 22 de febrero de 2011

DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

             De vez en cuando la vida te sorprende ingratamente, te sacude el alma y te rompe la cotidianeidad, el mundo para de rodar y nada parece bonito. El sol no reluce con brillantez y esplendor, las noches son largas y la mente agolpa recuerdos y vivencias que alternan la coyuntura que te ocupa y envuelve de gris tus días bajo el anhelo de la nostalgia por la añoranza de un pasado que, siempre reposa en la mente como mejor.
              Cuando has sentido quebrar el aliento y llorar cada latido del corazón, todo se convierte en nada. La profesión, el ocio y el contexto social donde te desenvuelves parece inexistente ante la incertidumbre que te ofrece, siempre de repente, la vida ante un acontecimiento que quiebra tu rutina para convertir cada minuto en pesadilla, cada atardecer en sombras...
            En esa coyuntura discernir entre el hoy y el ahora y priorizar se convierte en algo tan superfluo como banal. En este rincón de la red que debería ser un espacio para reflexionar, comentar y exponer opinión profesional quiero hoy trasladar la emoción de quien ha vuelto a ver el sol cada día con ilusión, recuperar el sentido de pertenencia a una sociedad y volver a disfrutar momentos de plenitud estética, ética y emocional.             
          Por eso quiero pedir perdón. Ha sido irreprimible evitar la seducción que te da disponer de un blog que quiero sea hoy el espejo de un alma cansada pero contenta. Aliviado el problema de salud de una de las personas que más quiero ha marcado hoy la línea argumental de esta reflexión, de esta ventana siempre personal pero hoy más íntima que nunca. En una noche proclive a la melancolía por el cansancio que física y psicológicamente erosiona la impotencia ante los caprichos del destino ahora quiero rebelarme, lanzar el grito de ¡podemos!. La familia impregnada de un amor inquebrantable y una unión que nos agrupa ha vencido en una competición con la fuerza que da la perseverancia. 
           Hoy mi mensaje es ese, hemos serpenteado entre las galeradas, disipado temores y conseguido que nuestro mundo volviera a moverse. Hoy sé que tengo fuerzas para solventar una situación que ha permitido dejar en la vereda muchas banalidades por lo verdaderamente importante, comprender que la vida es salud y la fuerza y energía que te da el amor puede disipar la oscuridad desangelada que en algunos momentos parecía convertirse en avalancha para disponer de la fortuna de otear una perspectiva que tiende a la serenidad y a ser plácida, excelsa y deleitosa.
         Pocos entenderán estas palabras pero hoy el receptor del mensaje soy yo misma ante la necesidad de modelar los desajustes vividos. Es mi forma de eliminar inquietud para crecer en esperanza y optimismo. Hoy este blog es mi antídoto para tamizar la tempestuosa singladura experimentada y mirar adelante con el orgullo de formar parte de una familia, mi familia.

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