sábado, 19 de mayo de 2012

DESVELANDO SILENCIOS DE FEDERICO GARCIA LORCA

       
            Hay investigaciones que suponen una tormenta de nuevas ideas que permiten reescribir una historia censurada por perspectivas que estigmatizan el recuerdo de los propios protagonistas olvidados a almacenar en la memoria sus personales vivencias.
           El tiempo y su inexorable paso están construyendo en presente la historia de uno de los literatos más genuinos de la historia de la literatura del siglo XX. Sí, me refiero a Federico García Lorca durante años idolatrado intelectualmente por ésta que este artículo suscribe.
           Nadie ha cantado a la luna como el poeta granadino:
Por el cielo va la luna,
con un niño de la mano,
dentro de la fragua lloran,
dando gritos los gitanos.
 El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
                 Nadie ha conseguido cautivar utilizando por igual el drama y la ironía. Nadie ha loado al amor de forma tan desgarrada:
El aire es inmortal.
La piedra inerte
Ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesia
La miel helada que la luna vierte.

           Nadie ha desnudado la realidad nacional de los años 20 y 30 del siglo XX en España como el dramaturgo icono de la Generación del 27.
            Sí, hablamos de un genio si se define como tal a quien dispone de capacidades sobresalientes para ejercer una determinada condición: ESCRITOR.
           Con estas premisas no voy a esquivar la ausencia de objetividad. Hay épocas en la vida que no sólo idolatras personajes del presente social o político, a veces, escudriñar entre libros, recuperar la memoria, sumergirse en la fantasía que sólo ofrece la literatura ayuda a crear otro tipo de “héroes”.
            Por eso resulta fascinante la reconstrucción de los últimos pasajes de vida de Federico García Lorca. Una vida que, casualmente, se puede reeditar desde la muerte de sus protagonistas, aquellos que padecieron la vil sinrazón de quienes finiquitaron la basta cultura de una generación que personaliza la verdadera época dorada de la literatura española y que no es otra que los últimos años del s.XIX y primeras décadas del XX, o ¿acaso no supone un bagaje cultural inigualable la impronta de la Generación del 98 y la Generación del 27?.
          Hace dos años fue el libro sobre el escritor uruguayo Enrique Amorim (Santiago Roncagliolo en el libro El amante uruguayo. Una historia real ) el que abrió nuevas perspectivas de debate para el conocimiento del escritor García Lorca, dónde reposan sus restos, dónde se perdieron sus últimos poemas…el silencio familiar.
           Estos días es la novela “Los amores oscuros” de Manuel Francisco Reina la que recrea la relación entre el autor granadino y  Juan Ramírez de Lucas, fallecido en 2010, una nueva obra que abre nuevas perspectivas de un ayer que continua siendo presente por sus ausencias.
            Hablamos del poeta español más traducido de todos los tiempos, por tanto, nada es baladí, la próxima inauguración de una exposición sobre Lorca en Nueva York muestra la repercusión internacional de cualquier hecho o retrato que pueda diseñarse de quien desde su reposo reclama el homenaje de la cultura del estado y la literatura en lengua española. EL PAIS ha realizado un trabajo excelente en la recuperación de un patrimonio histórico que no se cimenta sobre cemento y barro sino sobre el sentimiento y el poder de la cultura. Aquí mi reconocimiento y elogio.

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