lunes, 28 de enero de 2013

LA CONDENA DEL ESPÍRITU "MENINFOT"

             La variedad cultural de la región mediterránea siempre ha sido un excelente atractivo en la historia universal. Si a ello se unen sus privilegiados factores naturales:  su luz, su clima, su vegetación…, sin duda supone un rincón geográfico privilegiado para nacer y para vivir.
           Pero, como nada es perfecto, en esta zona valenciana bañada por el Mediterráneo los empeños por construir rivalidades se ha erigido en la característica que está llevando a  la hoy C.Valenciana a su autodestrucción como pueblo.
          Está siendo una tarea arduamente diseñada (por unos pocos pero con grandes intereses) que nos lleva al aislamiento. Es una labor que constriñe nuestro futuro, condenado al peaje de abonar los aires de grandeza recientes de los que hemos alardeado, simplemente para tapar (que no matar) nuestro intrínseco sentido de inferioridad.
            No voy a renegar yo aquí del lugar donde he nacido, pero sí voy a reconocer mi bochorno por comprobar diariamente la condena del pueblo valenciano. Noticias como la que publicada este fin de semana en el diario El País bajo este titular:  “Alicante contra Valencia, ¿otra vez?”, (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/01/26/valencia/1359222224_486171.html ) supone reconocer que esta sociedad necesita recuperar la mentalidad tal vez perdida desde la desaparición de la Corona de Aragón.
 
              Porque aquí se vive literalmente como describe el sociólogo José Miguel Iribas, “todas estas polémicas responden a una “insuficiente articulación territorial” de la Comunidad Valenciana.A los valencianos de Valencia les interesa poco lo que ocurra más allá de Sagunto hacia el norte o de Dénia o Jávea hacia el sur, es una sociedad cerrada en sí misma”.
             Sí señor, esa es la realidad. El ‘meninfot’ valenciano está encorsetando nuestro presente y condicionando nuestra perspectiva de futuro. Y mientras, la sociedad continúa sin reaccionar. Ni tan siquiera al leer el mismo día en La Vanguardia, esta otra información:  “Empresarios y Ejecutivos que residen en el extranjero colaboran con Barcelona” (http://www.lavanguardia.com/mon-barcelona/20130127/54363146899/empresarios-ejecutivos-residen-extranjero-colaboran-con-barcelona.html .
          Un artículo que entre otras argumentaciones ofrece la siguiente: Hay por ahora veinte altos ejecutivos repartidos por el mundo que trabajan en sus propios negocios y además colaboran desinteresadamente con la red creada por empresarios de la ciudad en la que nacieron o se formaron. La filosofía es muy sencilla: utilizar las relaciones personales para impulsar la proyección de la ciudad y a la vez identificar oportunidades de inversión en otras urbes… Los miembros de ese grupo pertenecen a diversas generaciones y no responden a un patrón determinado ni por su actividad económica ni por sus sesgo ideológico”.
              Así discurre uno y otro rincón del mismo costado del Mediterráneo, así se construye el futuro de uno y otro pueblo.
         La reflexión es tan dañina como triste. Y la impotencia tan grande como las dudas. Quizás, puede que tal vez haya llegado el momento de no esperar e intentar reaccionar pero, ¿cómo se moviliza una sociedad “meninfot"?...

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