sábado, 25 de octubre de 2014

EL EMPRENDEDOR COMO NUEVO CHAMAN SOCIAL

    Vivir a la moda es adaptar la coyuntura a las necesidades del entorno. El hándicap es la facilidad con que ese mismo entorno es fácilmente manipulado por los poderes de facto de la sociedad: político, económico y mediático. Potenciales que cada vez, y siempre en perjuicio del ciudadano, cohabitan con mayor sinergia.
   Todo está peligrosamente relacionado. Quizás por esa razón, en un país dirigido por la derecha representativa de las potencias económicas, con capacidad para la manipulación informativa mediante la alianza con los grandes gurús mediáticos (potencias económicas), la solución al (en mi opinión mayor problema en España) alto nivel de desempleo de la sociedad  es dejar la responsabilidad de diseñar su camino laboral al propio ciudadano.
    Emprender es la palabra gurú,  la solución a los problemas. El emprendedor es el buen ciudadano porque, “la riqueza de un país se mide por sus emprendedores y no por sus empresarios” (gobierno dixit).  No, ahora ya no  “mola” ser empresario, eso es “casta” y lleva demasiadas connotaciones negativas en una sociedad donde parte de la corrupción que tiene manchada la marca y reputación del Estado ha nacido de este sector. Lo verdaderamente “in” es ser emprendedor.
Fuente: Diario El País
   Por el contrario, la fuerte campaña de márqueting diseñada por el poder gubernamental considera que no emprender es no ser solidario, no tener iniciativa, no ser responsable ni como agente social ni como persona, porque eres un conformista, un acomodaticio, casi un agente pasivo que entorpece el avance de la sociedad para quien, por supuesto, eres una losa, un fracasado.

martes, 7 de octubre de 2014

A MI GENTE MARAVILLOSA


      Hay gente mala, miserable, sin entrañas. Hay personas materialistas, egoístas, deshonestas, cínicas. Seres que son incapaces de sentir, de querer, entregar, gente que incluso es capaz de poner precio a los sentimientos.
     Pero el mundo sigue rodando desde tiempos ancestrales porque también hay gente increíble, solidaria, sensible, protectora, entrañable, honrada. Sí, también hay gente buena, machadianamente buena, que hace fácil lo difícil, que entrega, ofrece, da y regala vida, luz, amor.
      La vida te permite topetarte con todo tipo de personas, a veces encuentras demonios, pero también te choca y, suele ser inesperadamente, con ángeles.
      La posibilidad de abrazarte a unas u otras es una capacidad que todos debiéramos poseer. Descubrir dónde se esconde un demonio y donde existe un ser sin sombras debería ser una habilidad humana y no un factor que solo se adquiere con el tiempo, la madurez, la experiencia.

     Siempre las peores decepciones son las humanas y siempre, por tiempo que pase y mundo que se desarrolle, el hombre se equivoca alguna vez. O varias.
     Pero el paso del tiempo, siempre inexorable, te ayuda a conocer y hasta a elegir. E incluso a veces hasta te permite ser feliz a pesar de y sin embargo.

     Porque la vida sigue siendo un regalo y en el mundo también hay gente maravillosa.

         Y a veces, tener la oportunidad de rodearte de ella es un premio. Por eso, y porque a veces parece que el mundo es solo de los miserables, este artículo esto hoy va para mi gente...ellos saben quienes son,  los que se han querido quedar aquí, a pesar de...y sin embargo, porque solo ellos son maravillosos e imprescindibles.
                               

lunes, 6 de octubre de 2014

EL ESTADO NATURAL


     El sol en lo alto, la luz radiante, no suena el despertador, el viento suena despacio, el rumor del mar te acaricia con su incesante vaivén y entonces, justo en ese momento, imaginas que esa es la paz para la que fue creado el ser humano (creado o evolucionado, creencias al margen). Ese es el estado natural del hombre/mujer.

     El dinero, el estrés, la sociedad e incluso la evolución (pocas veces natural y muy mucho social) han envilecido la vida, el gozo a existir, el placer de disfrutar, la razón para vivir.

     Para qué tanto poseer, para qué tanto padecer, para qué tantas prisas, tantas necesidades, tantos miedos, tantos principios, tantos por qués…

     Y sin embargo, vivir resulta tan difícil que es necesario relativizar, elegir, escoger, correr, sentir, sufrir, mentir, engañar e incluso querer o amar a veces se convierte en obligación, necesidad,  costumbre…
     Son tantos los deberes, que se nos olvida que solo lograríamos ser felices el tiempo que transitamos por este sendero si fuéramos capaces de ser leales con nuestras emociones, nuestras necesidades, nuestros instintos, nuestros sentidos… Porque el hombre no es un animal social, en realidad solo es un ser humano, pensador, racional al que se le olvidó fabricar ternura, decir te quiero, mirar la luna, vivir la naturaleza y asentarse en ese rincón donde inevitablemente siempre se es feliz.          
 

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