miércoles, 24 de diciembre de 2014

POR QUÉ SER FELIZ EN NAVIDAD


     Poco más de veinte años, formación educativa en diferentes sectores, trabajos en servicios distintos, lugares varios, pero la maldita crisis le indujo a marchar. Dejó familia, ilusiones y ese sueño de jugar en categorías superiores con su equipo de fútbol más reciente, años en pro de un ascenso que, tras conseguirlo, no ha podido disfrutar. Decidió partir para buscar alternativas donde diseñar un futuro profesional y dibujar una perspectiva personal de una vida por construir.
     Marchó de las islas pitiusas para formarse (sí, otra vez estudiar, trabajar, aprender, crecer…) en las islas británicas. El periodo era corto pero largo, lejos del entorno, el hogar, la familia, los amigos, cada día se hace eterno y, sin embargo, la distancia hace imposible el olvido.

     Luis ha encontrado nuevos amigos, entrena con un equipo de la localidad para mantener la forma y dedica largos ratos al estudio del inglés, hacer turismo y formarse con la esperanza de encontrar el camino que la coyuntura española le ha cerrado.

     Son los jóvenes de hoy chavales altamente cualificados. No solo andan sobradamente preparados sino que disponen de un bagaje formativo que, muchas anteriores generaciones intentamos conseguir sin lograrlo.

     Estos días, Luis vuelve a casa. Desde una lejanía de más de 2000 quilómetros escuchó las palabras del presidente Rajoy sobre el fin de la crisis y la celebración de las navidades de la recuperación. No lo siente así Luis.

     Como ocurre a tantos integrantes de una maltrecha sociedad que, de nuevo, rodeada de la euforia del consumismo afronta el periodo más caro del año con una cartera maltrecha y un futuro desesperanzado.

     Y sin embargo, ser pesimista estos días parece prohibido. Hay que reír, cantar, beber, comer, bailar y gastar, incluso el dinero que no tienes. No importa la ausencia de humor, la apatía general, la escasez de fuerzas para cantar o bailar. Durante las navidades solo se puede ser feliz.  

     Pero ¿qué es ser feliz?, ¿disponer de salud?, ¿tener trabajo?, ¿que te toque la lotería?

     Los proxenetas mediáticos nos ofrecen todo un catálogo de opciones para escoger, pero “cada uno es como es, cada quien es cada cual, y baja las escaleras como quiere” según canta Joan Manuel Serrat

      Por eso, que nadie nos mande como ser feliz, abrazar el personal ideal es conseguir vencer los miedos, mantener sentimientos y compartir momentos sublimes donde y con quien quieres.

     No obstante, estos días Luis como tantos y tantos otros será feliz porque  podrá sentir junto a su familia, sus amigos, en su hogar y su entorno.  Aunque siga sonriendo cuando oiga hablar de fin de crisis a personajes misóginos de prosa falaz y actitud inmisericorde con la mayor parte de la sociedad y que, tal vez, es feliz pero.....
sin embargo y…a pesar de, muchos queremos elegir cuando ser feliz  lo hacemos al preferir:

“querer a poder,
palpar a pisar,
ganar a perder,
besar a reír,
bailar a desfilar,
y disfrutar a medir.

Prefiero volar a correr,
hacer a pensar;
amar a querer,
tomar a pedir,
antes que nada soy... partidario de vivir.”

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