miércoles, 23 de abril de 2014

GABO, 23 DE ABRIL, BARCELONA....

     Dice la canción de Joaquín Sabina que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”.  Constantemente he sentido esta frase desde el temor de creer que pudiera ser realidad la afirmación, porque  siempre hay un rincón donde es inevitable viajar en busca de paz. Todos tenemos una guarida en forma de ciudad, calle, paseo o paisaje. En la canción de Sabina ese recoveco era Macando, sí Macando, uno de los inexistentes lugares que la literatura ha convertido en refugio soñado y eterno.
     Nostalgia de Macando, de vivir un 23 de abril y de una ciudad donde siempre ser  feliz este día: Barcelona.
      Todo aquel que ha paseado alguna vez bajo el sol de un 23 de abril por la Ciudad Condal  no puede evocar esta jornada sin recordar el aroma de las rosas, anhelar el bullicio de la gente y soñar con callejear para ver libros y libros aquí y allí. “Llibres per tot arreu”.
     La fiesta de la literatura, ese arte que utiliza como instrumento la palabra, es una de las celebraciones más simbólicas y entrañables que ha creado el hombre, y todo ello a pesar del consumismo que la envuelve, los intereses que la intentan envilecer y su utilización interesada por algunos deshonestos personajes.
     Sin embargo, hay detalles que pellizcan el corazón y reunidos en pedazos diseñan la vida, porque como decía el gran Gabriel García Márquezla vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
     Y yo hoy recuerdo los momentos solo soñados pero fuertemente vividos en emoción desde el vuelo de la imaginación que la lectura convierte en realidad. Añoro esos paisajes que jamás he pisado pero he visto con el alma encogida por unas letras, he vivido romances que no experimentaré en absoluto, he llorado con adioses que nunca serán eternos y he sonreído con ironías que destruyen los más pesimistas presagios...

domingo, 13 de abril de 2014

CÓMO SENTIR LA SEMANA SANTA MARINERA DE VALENCIA

(Art. publicado en VLCCIUDAD.COM domingo 13 de Abril)
 
     Con el aroma que solo la brisa marina ofrece a sus calles, el Distrito Marítimo de Valencia lleva días amaneciendo engalanado a la espera del sonido de los primeros tambores que convertirán durante unos días los barrios del Cabanyal, Canyamelar y Grau en el escenario donde procesionarán Claudia Prócula, Pilatos, Judith, Salomé, Marta, Verónica y por supuesto la Madre Dolorosa y Jesús Nazareno y Ecce Homo…
 
       La singularidad de la Semana Santa Marinera radica en la capacidad de un pueblo para revivir la Semana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Natzaret en sus calles. En una esquina vivirás el encuentro con su Madre Dolorosa, metros más allá verás a Verónica limpiar la faz de Jesús sudoroso  y casi exhausto cargado con la Cruz camino del Monte Calvario, relucirán el terciopelo de los trajes de los vestas y granaderos y brillarán las galas de los romanos bajo los rayos de sol o la tenue luz de la luna. Y mientras,  los hogares serán durante siete días improvisados templos donde venerar las imágenes que igualmente representarán escenas, personajes y momentos de los últimos días de Jesús en la Tierra.

     Y lo vivirán de igual forma los más fervientes creyentes que los vecinos ateos, se enternecerán y emocionarán  con la misma pasión porque todos son hijos del Marítimo y ciudadanos de una sociedad que ha convertido la Semana Santa en Marinera y la historia de un personaje nacido en Belén y muerto en la Cruz en su celebración más grandiosa.


jueves, 3 de abril de 2014

MANI AL CABANYAL: EN PRESENTE POR NUESTRO AYER Y NUESTRO MAÑANA


    “La única lucha que se pierde es la que se abandona”, la frase del Ché  la hicieron suya hace casi dos décadas los vecinos del Cabanyal. Y ahora, cuando parece que la perspectiva es menos oscura, sin ser deleitosa alberga rayos de esperanza después de años de desilusión, momentos de dudas y coyunturas  difíciles de soportar.


   La degradación a que las instituciones políticas han condenado al distrito marítimo de la ciudad de Valencia ha surtido efecto. Eso sí  lo han conseguido, pero solo a medias, han puesto durante años demasiado empeño en ello para no recoger sus frutos.
Esto también es el Cabanyal de hoy
    Sin embargo, ni con la ruina acechando en determinadas zonas  del barrio han logrado los anhelos destructores la pérdida de la identidad del Poble Nou de la Mar.  Como tampoco han conseguido la división vecinal. Sí ha habido divergencias, hay diversidad de opiniones, pero jamás hubo la confrontación que solo determinadas personalidades vociferan sin aceptar que nunca una mentira por repetida pasa a ser hecho verdadero.
 
    Por eso, fieles a su tradición, sus costumbres y su propia particularidad, todos los vecinos del Cabanyal han soportado la humillación de ver invadido su espacio, han sufrido la desidia de los encargados de respetar su historia, han padecido la impotencia de la insolidaridad. Pero no es momento de mirar atrás, (ya quedó latente mi opinión al respecto en un anterior artículo en este mismo blog) la lucha no debe cesar, porque en ella está la defensa de la singularidad  de todo un pueblo.

   El próximo domingo 6 de abril, los vecinos saldrán a la calle para mostrar que la sociedad del Cabanyal está viva, tiene presente y tiene futuro. Y serán los vecinos,  la sociedad civil quien reclame la solidaridad que el pueblo valenciano ha mostrado en otros momentos y en otros lugares hacia otros pueblos.
Rincón del Cabanyal (abril 2014)

    El Cabanyal necesita del empeño de todos para sobrevivir porque solo desde la unión, el convencimiento y la empatía de los vecinos de la ciudad a su barrio más marítimo se podrá tomar la decisión de acción que todo el distrito necesita. Y eso, nada más (y nada menos) se pedirá el próximo domingo día 6 de abril en las calles del barrio.


    No será una reclamación convocada por políticos,  no debería serlo. Por mucho que se una ahora a la defensa del barrio este colectivo, todos los partidos políticos han sido incapaces durante más de una década de ofrecer una plataforma de diálogo válida para regenerar el distrito marítimo de la ciudad. Se les olvidó que el futuro no lo podían diseñar sin escuchar a los vecinos. 
     Suerte que una nueva generación de cabanyaleros que viven y sienten con la identidad de ser vecinos del barrio, participar en sus tradiciones y defender sus valores y que comienza a despuntar en política parece que puede ofrecer, ahora sí, la perspectiva más óptima. Ellos sí creen que hay una real  idea de futuro como han visto varias instituciones, entre ellas la Universidad Politécnica que siempre ha corroborado tanto las miras dibujadas por Salvem para la rehabilitación del barrio.

    Pero la realidad del proyecto necesita  de la fuerza de la sociedad, por eso las calles del Cabanyal han de estar llenas el domingo día 6. Los dos siguientes domingos, el 13 y 20 de abril, las calles lucirán engalanadas con las celebraciones de la Semana Santa Marinera, será el momento de disfrutar de las raíces, mimarlas, respetarlas y potenciarlas, pero antes, será el momento de mirar al futuro y ese futuro requiere de todos, solo por eso necesitan las calles estar repletas de optimismo, orgullo cabanyalero y esperanza en el futuro, porque sí se puede y tanto la historia de nuestros mayores como el porvenir de nuestros pequeños lo merecen.

Seguidores