sábado, 28 de febrero de 2015

EL TRASERO EN LA PRENSA

     Cuando la lectura de prensa se ha convertido en un castigo, encontrar informaciones como las que publica este fin de semana EL PAIS SEMANAL sobre la “Revolución Trasera” quieras o no, se agradece. Al fin y al cabo, la lectura de los periódicos en nuestra actual coyuntura es un verdadero ejercicio de superación emocional ante tanta incongruencia y tanta impotencia por tantas y tantas informaciones de corruptos, sucesos, desastres y actos de sinvergüenzas que siguen manipulando, mientras destrozan, nuestra sociedad.
      El periodista, en este tiempo de crisis, lejos de ejercer de trovador de la realidad se ha convertido en bufón de solo determinados intereses y cuesta mucho encontrar informaciones que describan la realidad que, la maltrecha sociedad, experimenta cada día.
     La desafección de nuestra sociedad no es solo respecto a la clase política o judicial, la enorme distancia entre lo que vivimos y lo que nos indican que vivimos, se percibe también en la prensa.
     En momentos preelectorales donde los grupos mediáticos empresariales son serviles, el rol nativo de la prensa ha sido totalmente envilecido. Hace unos días, en INFOLIBRE, Luis García Montero describía excelentemente esta realidad en este artículo http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2015/02/15/los_encanallamientos_28364_1023.html
     Por eso, qué quieren que les diga, encontrar un buen reportaje sobre culos, quieras o no, te despierta curiosidad y entretenimiento, otra de las tareas que los medios de comunicación no debían haber perdido nunca.
     Y yo reconozco que hoy me he entretenido con la lectura de una noticia que se presenta así:
“Revolución trasera. El culo prominente ha fascinado desde la prehistoria hasta la Inglaterra victoriana. Ahora, estrellas latinas y afroamericanas lo reivindica como signo de éxito pop”.

      Dudo que sean pocos los que no sucumban a la lectura de un artículo que se anuncia con esos términos. Porque hablar de culos parece siempre como cohibido, es una de esas partes de la fisonomía castigada a la clandestinidad por esos perjuicios religiosos que, queramos o no, se encuentran tan intrínsecamente integrados en nuestra sociedad, que siguen marcando nuestro desarrollo como ocurre por ejemplo también con el sexo. (Recuerdo el debate que produjo hace años la presentación de aquel programa de la Dra Ochoa “Hablemos de Sexo”, por el mero hecho de su título. Cómo que íbamos a hablar de sexo en un medio público. Eran otros tiempos, época que ahora incluso añoramos después de la involución social que ha experimentado este país los últimos cuatro años.)
      En fin, volvamos al hoy, reconozco que no descubrí mucha nueva información  cona la lectura del artículo de EL PAIS, pero me produjo verdadera satisfacción comprobar que esa parte donde acaba la columna lleva siglos siendo foco de atención femenina…y masculina.
     No nos engañemos, al igual que el 95% de las mujeres sueñan con ser princesas y ser rescatadas de una torre por un príncipe azul, casi el mismo porcentaje, se encuentra generalmente insatisfecha en su totalidad con su anatomía. En general son otras partes del cuerpo las que nos crean complejos, por eso está muy bien que de vez en cuando, dejen de ser, por ejemplo, los pechos el centro de atención, con ese ramalazo de exclusividad en la seducción femenina que parece solo pueden experimentar ellos (los pechos).
      ¡Qué córcholis!, al fin y al cabo, las posaderas tiene incluso una utilidad diaria máxima y es una parte anatómica excesivamente castigada, así pues, por qué no comenzar a mimarlo.
     Eso de tener ojos bonitos, labios sensuales, pechos perfectos está muy bien, pero bravo por el mimo al culo. Por qué no puede ser un centro de seducción para las que no tenemos ojos azules, labios delineados o pechos prominentes.

     Porque sí, la mujer se viste para sentirse atractiva, pero muchas, muchas, también agradecemos los piropos y esa capacidad de saber y poder seducir. Por cierto, ejercicio harto complicado para algunas eso de la seducción....
    No es mi intención descubrir el contenido del artículo aquí recomendado, pero bueno, está bien comprobar que lo del efecto push up para subir glúteos es algo más que un invento de diseñadores de moda.
     Confieso que en mi caso durante años el culto mayor lo recibió la espalda. Decidí que era mi parte más seductora y me harté de comprar vestidos que dejaran la espalda al descubierto. Simplemente, me dio por ahí. Tal vez porque, en el hombre era (y es) precisamente una buena espalda la que me deja rendida totalmente a su atractivo (casi tanto como una pícara sonrisa). O quizás, solo fue porque durante años estuve marcada por esa imagen de la espalda de Burt Lancaster en la película De aquí a la Eternidad donde con un abrazo prácticamente envuelve a Deborah Kerr en su totalidad. Ay, aquella espalda…y Ay, aquel abrazo a la orilla del mar...
     En fin, espaldas, traseros, de vez en cuando, también está bien evadirse con menudencias o detalles tontos, ¿no?.  Para eso también durante años era útil la lectura de prensa.

Aquí el artículo motivo de esta columna : http://elpais.com/elpais/2015/02/27/eps/1425034907_870328.html

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