martes, 18 de agosto de 2015

MÁS QUE UN TÍTULO, ATHLETIC TXAPELDUNAK

     Una lágrima deslizaba por su mejilla. No reparó en qué momento todo el torrente emocional que le sacudía las entrañas se tradujo en discreto llanto. Se mantenía inquieto, nervioso, extasiado. Andaba de aquí para allá, miraba esto y aquello, corría, cantaba, abrazaba, y…buscaba.

      Primero escudriñó alrededor demandando fundir sus ojos con la mirada de su gente más querida, una sonrisa, un beso, un abrazo, dos…. Casi al mismo instante, se revolvió intentando otear entre el bullicio que lo rodeaba la imagen de aquellos que hoy ya no estaban aquí, la figura y el aroma de todos aquellos que marcharon precipitadamente, amigos, familiares, compañeros…Fue, en ese instante, cuando descubrió sus ojos envueltos en lágrimas.

       La música sonaba en alto, unos celebraban, otros gritaban y él se percató que, en ese preciso momento, algo pellizcaba su interior. Estuvo enajenado únicamente lo que dura un suspiro, pero, en ese soplo de placidez, viajó por centenares de pensamientos y sentimientos, tantos que no recaló en ninguno….Solo sintió que, entre lágrimas, estaba embriagado… de felicidad.



           Seguro que miles de aficionados del Athletic Club de Bilbao vivieron anoche así el triunfo de su equipo. Porque treinta y un año son muchos días, muchos partidos, muchas ilusiones y demasiados quebrantos. Una ciudad, una sociedad, un país, vivió todo ese abanico de sentimientos que provoca sentir una pasión aficionada. Esa que, sea fútbol, baloncesto o cualquier otra manifestación deportiva, aglutina bajo unos mismos colores, un mismo escudo, una sola voz y una única identidad, una pasión. Esa sensación que es imposible de experimentar por esos pobres desapasionados  detractores que en pleno siglo XXI siguen considerando el fútbol “el opio del pueblo”. ¡Allá ellos!.

        La insolidaridad, independencia y espíritu de soledad que ha generado la globalización social en esta época, avala más si cabe “el fenómeno selvático” (expresión utilizada por Jorge Valdano) que representa en esta coyuntura actual, el fútbol.

       Porque, como bien indican sociólogos y antropólogos, el hombre (y la mujer), como animal, necesita provocar emociones, liberar pasiones y forjar identidades tribales desde que se gestó su propia existencia. Y este, juego-deporte-espectáculo acumula todos estos principios.

domingo, 16 de agosto de 2015

TAMPOCO EN EL FÚTBOL TODO VALE


      Desde 1998 el Chelsea no comenzaba la Premier League sin ganar en las dos primeras jornadas. Hoy, tras no conseguir ganar en casa en la primera jornada, ha sucumbido 3-0 ante el Manchester City. Si hace una semana fue la Dra Eva Carneiro el foco que permitía desviar la atención sobre la inoperancia técnica de un equipo diseñado para aspirar a la cima, hoy las posibles críticas al todopoderoso José Mourinho se han diluido con el anuncio del fichaje de Baba Rahman minutos después de cerrarse el encuentro liguero.

      El argumento es banal, se estudia como asignatura primordial en los estudios de comunicación, es sencillo. Buscar informaciones que encubran, en este caso, las posibles críticas tácticas, es decir, oculten o disimulen los comentarios que puedan enjuiciar la que debería ser única labor profesional de un entrenador, el trabajo técnico y táctico de una plantilla.

       Será injusto no reconocer la enorme capacidad (e incluso la genialidad psicológica) que posee José Mourinho para crear informaciones, gestionar los tiempos mediáticos y controlar aquello de “el entorno” que ya J.Cruyff hizo  famoso.

      Sin embargo, hay decisiones que, simplemente, por el contenido subliminal que representan no deberían quedar únicamente como una serpiente mediática del mes de agosto. La feroz crítica (PÚBLICA) de Mourinho respecto a la actuación de la Dra Eva Carneiro la pasada semana, no debería dejar de ser silenciada o disfrazada por el paso del tiempo y la capacidad de devorar noticias que el ritmo de la actualidad (y más el mundo del fútbol) posee.

      Esta vez, el idolatrado, a igual que defenestrado entrenador portugués, volvió a burlar todas las reglas éticas, educativas, profesionales, etc.etc. en beneficio de otras que solo él dicta y ejecuta, cual emperador de afán dominador.

lunes, 3 de agosto de 2015

DEL CABANYAL I...DE VALÈNCIA

 
Joan Ribó, el meu alcalde.

     Ara que hem conegut les primeres gestions dels nous regidors de l’Ajuntament de València, el nou equip de govern ha aconseguit en poc més d’un mes un respecte que no guanyaren altres en anys i com diu eixa gent experimentada que tant ha viscut i que sempre fa lliçons, “este home pot fer història en l’ajuntament”.

       Tal volta les coses grans tardaran molt més, moltes idees es queden sense fer i fins i tot siga inevitable que queden promeses sense complir, però, ara per ara, els gestos han fet que, el meu entorn recupere, com jo, l’orgull de pertànyer com a ciutadà al cap i casal.

      La dignitat com a poble es perd tant fàcilment com difícilment es recupera, però els detalls converteixen les coses xicotetes en passos molts grans. I són precisament eixos gestos menuts que, tal volta, per molta gent són ximpleries, les accions que han aconseguit crear el sentiment il·lusionant que, molts veïns valencians hem recuperat per a dir que, a més de tindre amb orgull la meua vinculació amb el poble treballador, lluitador i ric en identitat i cultura pròpia que és el Cabanyal, este nou Cabanyal pertany a la ciutat de València.

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