lunes, 5 de diciembre de 2016

MY FRIEND.....IMRESCINDIBLE

La vida sigue transcurriendo inefablemente y cada día te suceden cosas, conoces gente, descubres afectos, llegan adioses, aprendes lecciones, resuelves dudas, nacen sentimientos, pero siempre, siempre, evolucionas, emites y produces permanentemente. Entre tanto cambalache, la noria de la vida convierte siempre a algo  alguien en imprescindible, no porque la vida te obligue a ello, sino porque son esos momentos, lugares o personas que siempre reconfortan, calman o fortalecen para equilibrar los vaivenes del alma y el espíritu.
Todos recurrimos a ell@s, aunque a veces son las vicisitudes de la vida la que te los acerca o aleja según necesites de ell@s para crecer interiormente.
Son varios los eruditos que indican que es el individuo en su soledad de sí mismo quien ha de aprender. La compañía es necesaria desde que antropológicamente el ser humano es un ser social; no obstante, indican estos estudiosos, ésta no debe convertirse en muleta dependiente que condicione el desarrollo personal.
En este sentido, los padres no pueden modelar el entorno de sus hijos en extremo construyendo a su alrededor una urna de oro inmaculada sin problemas, preocupaciones ni heridas. Todos debemos disponer de la libertad de errar, asumir dolor, generar alegrías y construir nuestras esperanzas. Al fin y al cabo, solo nuestro comportamiento y emoción definirá nuestro carácter siempre singular, siempre único, porque nadie es repetible.
Por eso, aunque se empeñe la psicología en reiterar que nadie es imprescindible para nadie, personalmente prefiero aceptar la afirmación si se completa con un “aunque todos somos irrepetibles”.
En mi proximidad (aunque supongo que ocurrirá a la casi totalidad de los aquí lectores), sí hay gente imprescindible. Son esas personas que escalan todas las murallas que, en ocasiones, tendemos a construir a nuestro alrededor, por voluntad propia, coyunturas indomables o circunstancias adversas; son aquellas que encuentran el sendero de ese refugio convertido en cueva donde huimos en épocas de vagar perdidos; son las que siempre están porque mantienes con ellas vínculos emocionales que se manifiestan públicamente en mayor o menor medida, aunque se anidan perennemente en el rincón del alma que nos regala el aire en épocas de asfixia.
Ellas son la alegría, la muleta, el apoyo y el sostén, porque, de la misma manera que hay lugares donde siempre eres feliz, hay gente especial, única y singular con quien siempre eres feliz, porque sí, son imprescindibles, especiales e irrepetibles…..
 
A mi AMIGA "MONI", imprescindible, especial e irrepetible!!!!!
GR+
GRÀCIES! MERCI! THANKS!

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