viernes, 6 de enero de 2017

CÓMO SOBREVIVIR A LA NAVIDAD: Capítulo 4: vuelta a la rutina

Con la fiebre consumista, los nervios desquiciados por las colas soportadas en los centros comerciales los últimos días, el estrés de una agenda repleta de actividades por eso de “distraer a los niños” en una época donde todo parece especialmente enfocado y diseñado por ellos y para ellos, llegamos a la noche del 6 de enero y cerramos las fiestas navideñas.

Los más saturados por el espíritu navideño a estas horas ya hemos devuelto la decoración de la casa a su hábitat natural. Se acabaron las guirnaldas, las figuritas del Belén ya no ocupan el espacio en el mueble del salón, las sillas vuelven a su lugar arrebatado el último mes por un artificial abeto repleto de adornos.

Todavía queda algún confeti en la alfombra que se ha resistido a la aspiradora, alguna pieza de turrón en la cocina pero, puesto que concluyeron los excesos gastronómicos y las prisas por volver a la rutina se han apoderado también de nuestro desequilibrado estómago, para comenzar la desintoxicación cuanto antes, lo mejor será hoy evitar más castigos digestivos e ir a dormir con tan solo una pieza de fruta como cena.

Con mayor o menor esfuerzo, hemos logrado sobrevivir a la Navidad y afrontar la vuelta a la rutina sin excesivos desequilibrios emocionales, inestabilidad en el estado anímico y  nostalgias plañideras. Hasta nuestro teléfono móvil está mucho más tranquilo, apenas ha vuelto a sonar desde anoche, ahora solo falta disponer de un poco de tiempo para borrar las imágenes, gifs y chistes absurdos recibidos y recuperará por completo su estado natural.

Finalizaron los tambaleos sentimentales que, por mucho que te empeñes, origina el mes de diciembre en muchos corazones.


 Sin embargo, una nostálgica mirada atrás nos descubre que no está mal esto de sumar navidades a nuestro libro de vivencias, todo lo contrario. Un año más, cerramos el capítulo navideño con el privilegio de haber compartido momentos, comidas y conversaciones con TODA nuestra gente querida. Hemos sido capaces incluso de asumir el síndrome de Peter Pan unas horas y haber creído en los Reyes Magos para asumir con ilusión que  es el momento de afrontar nuevos retos. ….Porque en el fondo, esto de vivir una nueva navidad es el regalo de sumar a nuestro libro de experiencias un nuevo tiempo vivido. 

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