viernes, 20 de enero de 2017

OBAMA, ADIÓS AL REFERENTE DE LA NUEVA ERA DE LA COMUNICACIÓN POLÍTICA

     Aquí estamos. Ya llegó. Según dicen muchos expertos, comentaristas o analistas, esos que hace tiempo conquistaron casi todos los medios de comunicación, hoy comienza una nueva era MUNDIAL con la toma de la posesión como presidente de los EEUU del excéntrico millonario Donald Trump.

Mi reflexión no es un análisis que ofrezca un exhaustivo estudio. Servidora no es una especialista del tema, por mucho que me seduzca el espectro político y especialmente, la investigación en la comunicación política en todo su sentido de observación, exploración, asesoramiento y construcción del mensaje…(Gracias Governatia por exacerbar mi inquietud)

Es por ello, que, personalmente llevo días fascinada con los adioses del matrimonio Obama: sus discursos finales, rueda de prensa, imágenes (por cierto fantásticas siempre en su uso y mensaje emitido, sirva de ejemplo la fotografía que aquí incluimosa publicada en redes sociales por Michelle…Sin duda, pocos personajes han dignificado la imagen tanto como lo ha hecho la familia Obama )...


En definitiva, hechizada con el estudio del marketing y la comunicación política que ofrece (y ha ofrecido desde su candidatura a la Casablanca) Barak Obama. ¿Acaso no ha sucumbido el contenido al continente político?, ¿no es cierto que la política hoy es más marketing que doctrina?...

Esta inquietud es la que me ha llevado a disfrutar con el visionado del último discurso de Barak Obama, hasta 2 veces. La primera fue en inglés y casi en directo. No controlo el idioma, solo entendía algunas palabras pero era inefable el valor que ofrecía un primer visionado para un análisis de su poder gestual y la fuerza que, el ya expresidente estadounidense, realiza de la comunicación no verbal.


Se podría decir, en términos que indica la PNL que, para una kinéstesica (como servidora), la utilización de recursos  como el gesto, la sonrisa, el movimiento de manos, la lágrima, su tono de voz, sus silencios, su capacidad para “erizar la piel” es incontable el valor extraordinario que ofrece cualquier comparecencia pública del que, desde hoy, será expresidente de los EEUU.

Su capacidad en la comunicación no verbal perdurará en los archivos de especialistas como Mar Ortiz, una  verdadera maestra en estos análisis y a la que desde aquí quiero dar las gracias también por todo lo aprendido gracias a sus fascinantes lecciones.

Totalmente seducida con una primera visión del último discurso público de Obama, no me resistí a analizar su contenido. Una alocución plagada de frases que cualquier asesor en comunicación y/o marketing político soñaría poder crear.

En poco más de 50 minutos de intervención, Obama demostró el magnetismo que cautivó a millones de estadounidenses y que lo ha convertido ya en uno de los mejores  estadistas de la historia.  

Como se dice vulgarmente, “sin papeles”, el presidente de EEUU desgranó un discurso (seguro estructurado en el despacho oval, pero asimilado mentalmente para no mostrar ni un solo papel en su atril) que fue una lección de cómo de excepcional maneja el presidente norteamericano el poder de la palabra.

Un monólogo “discursal” que convirtió en un diálogo con una audiencia a la que interpeló y con la que interactuó en varios momentos de los casi 50 minutos que duró un parlamento que pasó a ser así una pseudo-conversación con un público que respondía con ovaciones enfervorizadas cada apelación directa a ellos de su presidente.

Una audiencia a la que,  interpelaba en primera persona del plural tanto como en tercera persona, según convenía al mensaje lanzado en cada momento. Un detalle que podía ser baladí y, sin embargo, es un recurso maestro excelentemente utilizado.

Obama alternó su  “voy a estar con vosotros...”, “te pido que creas…”  con un   “les pido que se aferren….”, “algunos de ustedes nos acompañaron….””he intentado reflejar lo que ustedes muestran todos los días….”

Nueva lección del uso de la palabra por el 44 inquilino de la Casablanca.

El expresidente jugó también con el perfil de su audiencia. Así para la población madura no escatimó elogios y mensajes como “Durante 8 años me he inspirado en su energía y he intentado reflejar lo que ustedes muestran todos los días: corazón, carácter e idealismo”…  “ustedes cambiaron el mundo”

Sin embargo, al referirse a la juventud alzaba su tono de voz, cambiaba el gesto y emitía mensajes como “ustedes creen en unos EEUU justos e inclusivos….saben que el cambio constante ha sido el sello de los EEUU…o debemos temer sino abrazar…el futuro está en vuestras manos” (juego de la 3ª y 1ª  persona más que intencionado en esta misma frase).


El ayer, el hoy, el mañana de un país donde el orgullo patrio es referencial. Y casualidad!, en un análisis métrico (realizado con nubes de las palabras) de las palabras más utilizadas  por Obama en su adiós fue precisamente ORGULLO el vocablo más reiterado: orgullo de su país, orgullo de su gente, orgullo como padre….

No me atrevo a pronosticar que no van a tener trabajo los analistas y asesores políticos con Trump, más bien todo lo contrario. Pero no busquen, no comparen, la oratoria, su gestualidad, su kinestesia del 44 presidente de los EEUU no la van a encontrar en el número 45 .

Indudablemente, como jefe ejecutivo se le quedaron muchas cosas por hacer, le faltó tiempo o quizás, las leyes de la política con las diferencias de corriente de poder entre Senado y Congreso le impidieron llevar a cabo muchos de sus proyectos.  Aunque también puede que debajo del magnetismo del presidente de color con apariencia de honradez y estilizada sincera figura, se esconda unos de esos personajes que invaden de promesas ilusionantes a una ciudadanía sabedores (aunque no se amedrante por ello) que van a decepcionar por no cumplir precisamente con sus programas electorales conscientemente.


Personalmente, no lo creo. Si en el siglo XX fue John Fitzgerald Kennedy el presidente referencial, en este siglo XXI, a pesar de vivir todavía en sus inicios, difícil tendrá algún político superar como estadista a Barak Obama.

En un mundo tecnificado, donde los asesores han pasado de elegir la corbata y preparar los discursos a controlar hasta nimios detalles, no pueden haber diseñado un personaje tan, comunicativamente excepcional en sus apariciones si no es por la capacidad innata de la fuerza natural de la materia prima.

A Obama le habrán modificado muchas cosas, pero su capacidad de liderazgo es prodigiosa. Se le podrá demonizar o mitificar, pero es indiscutible que son muchos los factores que Obama ha exhibido para que, cualquier nuevo aspirante a participar en la administración de la RES PÚBLICA, no intente incluirlos (bajo su propia personalidad) en su aprendizaje.

Personalmente, seguiré utilizando a Obama por su singularidad, su oratoria, sus gestos, su actitud, su vestimenta, su solvencia, su imaginación para aprender y aprehender.

Tal vez, si fuéramos varios los que profundizáramos en su estudio podríamos discernir con facilidad entre los mensajes erróneos, intransigentes y anacrónicos de pazguatos y la destreza, audacia e inteligencia de los personajes que nos ofrecen momentos impecables, signos de pericias memorables e iconos carismáticos.

Obama finaliza su mandato. Solo la historia lo revestirá de la grandiosidad o no, porque hoy sí comienza una nueva era, la de otorgar valor a su capacidad de liderazgo y su oratoria, la de uno de los mejores oradores de la historia.


Si el “we can” es frase histórica, no menos memorable es ya el “yes, we did, yes we can”

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