domingo, 19 de febrero de 2017

VALENCIA BÀSKET, VITORIA, COPA DEL REY.....EL AYER Y EL HOY

València Básket disputa hoy, 17 años después de hacerlo en ese mismo escenario, la Final de la Copa del Rey de baloncesto. Mucho hemos cambiado, demasiado, aunque ayer, ante el televisor tantos recuerdos y  emociones me hicieron temblar evocando aquella otra final vivida por el equipo valenciano en el año 2000 casi en presente.

Por esa razón, este post hoy es más personal que nunca, porque abrir ante un púbico indefinido los sentimientos es difícil pero, a la vez, siento la necesidad de transmitir, contar y evocar.

Hoy València Basket juega su quinta final de Copa, la tercera vez que lo hará en Vitoria, pero esta vez las sensaciones son excelentemente positivas, ya no están en la cancha Nacho Rodilla, Víctor Luego, Alfons Albert, César Alonso, Berni Álvarez ni J.Luis Maluenda, aquellos magistrales jugadores que jugaron aquella final y que en Valladolid en 1998 alzaron ante el Joventut de Badalona el primer título oficial de un club que existe en Valencia por la pasión por el baloncesto de una única persona, Juan Roig.

Los amantes del básket en la ciudad del Turia hemos disfrutado, llorado y vibrado con un equipo baloncesto que siempre ha representado la afición valenciana al baloncesto con dignidad, tanto en competiciones nacionales como europeas, por el empeño de un mecenas que quiso apostar por un equipo mediocre y en vías de extinción hace 30 años y que lo ha llevado a la cúspide del Baloncesto nacional con 3 Eurocup y 1 Copa del Rey.

No pretende ser esto un panegírico al empresario valenciano, seguro que decenas de periodistas y medios lo harán las próximas horas. Sin embargo, hoy, como simple aficionada y con la perspectiva que ofrece haber vivido intensamente la historia de la entidad que, disculpen, para mí siempre será PAMESA VALENCIA, resultaría incongruente no reconocer el mérito de Juan Roig.

Aquel equipo que en 1990 iniciaba su andadura en la élite y que me permitió siendo una humilde estudiante de CC de la Información ensamblar mi pasión por el baloncesto con la de escribir. Aquella oportunidad de publicar artículos en aquellos pequeños programas de mano que, confeccionados por Dani García Rausell (excelente persona que seguro hoy volverá a vibrar con SU equipo), repartía la entidad en los partidos disputados en la Fonteta fue la pequeña ventana desde la que vislumbré mi entusiasmo por el periodismo deportivo.


Aquella fue mi primera gran vinculación con el Pamesa Básket "semiprofesionalmente". Por ello, mi enorme agradecimiento y emocionado recuerdo a Dani G. Rausell.

martes, 14 de febrero de 2017

UN SAN VALENTÍN DE VIDA (relato publicado en www.yolandadamia.com)

    Apagó la radio empalagada de tanto tono dulce en las canciones, las entrevistas, los debates e incluso en las cuñas publicitarias, hoy más moñas que nunca.

El trabajo marketiniano había sido sublime. En realidad, las grandes marcas y hasta el nuevo mercado digital convertía el 14 de febrero en un día de consumo potencial de infinidad de productos. Este año hasta los partidos de fútbol a disputar en el día de hoy eran anunciados en televisión con un “te quiero” edulcorado con imágenes de besos y abrazos de los futbolistas celebrando goles y títulos.
Por cierto, ya quisiera ella ser futbolista algún rato para recoger tantos fervorosos abrazos.
Encendió la televisión. Imposible. Un corazón atravesado por una flecha en la parte superior de la imagen recordaba que, en efecto, hoy era San Valentín.
Hoy era el día de los enamorados, pero ¿y los no enamorados?, o mejor ¿qué era estar enamorado? ¿Compartir vida en pareja?, y qué pasa con esos matrimonios acomodados en la rutina de un cariño superficial. ¿Qué amor había que celebrar? ¿Era amor el que se encendía en el fuego de pasiones descontroladas solo cubiertas con desbocadas caricias y desmedidos besos? ¿Qué amor había que festejar públicamente hoy?  Y lo más importante, quién tenía derecho o no a celebrar qué.
Con cierto aire de enfado decidió calzarse sus viejas zapatillas y salir a la calle a quemar adrenalina con un poco de ejercicio. En el ascensor se encontró con una pareja de adolescentes que, entre risitas, la escudriñaban deseando que se apeara para poder continuar con sus arrumacos.
No iba a ser fácil superar el día, pensó.
Con el aire rozándole en la cara, mientras caminaba bajo la deslumbrante luz del sol, con la energía que la absorción de tanta vitamina D le otorgaba, pensó cómo fue su último 14 de febrero enamorada. Dudó, en realidad ¿cuándo había estado enamorada?
Tras varias relaciones afectivas, alguna pasional y otras obsesivas, pensaba que quizás nunca había sentido la fuerza de ese enamoramiento que obnubila y quita el apetito, ¿o sí?, ¿qué significa enamorarse?
 En la adolescencia parecía fácil definirlo. Simplemente te gusta alguien, te atrae y te obsesiona pasar el tiempo junto a él. Obsesión, esa era la cuestión. ¿Se podría estar enamorada sin estar obsesionada?
Cuanto más se agolpaban en su mente las interrogaciones más crecían sus incertidumbres.

domingo, 12 de febrero de 2017

UN TE QUIERO A LA ETERNA COMPAÑERA, AMIGA...LA RADIO

      Aquella tarde, mientras Freddie Mercuri entonaba el “All we hear is Radio Gaga, Radio Goo go, Radio Gaga…, Radio Go go, Radio Gaga, Radio what’s new? Radioooo, someone… still loves you?” , ella paró su caminar y se sentó en lo alto de aquella piedra, mientras contemplaba el horizonte que el mar le ofrecía, notó cómo se deslizaba una lágrima por su fría mejilla, ésta abrió el camino a otra a la que sucederían muchas más.

Ella. Era ella ese “someone”, era ella quien todavía, a pesar del tiempo, la gente y el dolor que nombrarla le provocaba, amaba la radio.

Cuando inició su aventura en el mundo del periodismo nunca imaginó que con su limitada tonalidad vocal, los agudos prevaleciendo en su voz y las cacofonías que provocaba la presencia masiva en el sonido de sus cuerdas vocales de los "pitos", llegaría a tener en una emisora de radio su hogar durante casi dos décadas. A ella le gustaba escribir, amaba las letras pero, el destino le tenía otro camino preparado.

Mientras sonaba cada estrofa musical de la "Radio Gaga" de Queen ella no pudo evitar el pellizco en sus entrañas.

Entonces comprendió que la radio la había conquistado mucho antes de que ella sucumbiera hechizada al periodismo radiofónico.

La memoria del corazón la trasladó a su infancia. 


Aquella pequeña radio roja encima de la cómoda de la sala de estar, ésa era la culpable de su enamoramiento. 

Cerró los ojos y con todo detalle rememoró la escena de las tardes de su infancia. Vio a la abuela tejer mientras susurraba las viejas canciones que, inevitablemente, la llenaban de recuerdos, no en vano, el programa se denominaba “Cada canción un recuerdo” y la abuela, con las gafas acopladas a mitad de la nariz, levantaba de vez en cuando los ojos de los innumerables ovillos de lana que acumulaba en la cesta junto a la mecedora,  para pedir “sube la voz, esa canción..”  Y entonces, la abuela evocaba con aquella música de fondo una historia, no el argumento que lanzaba la melodía, sino la suya, su recuerdo. “Esta canción la bailaban en los guateques de casa y un día allí tu padre…..”.

Y así, cada canción se convertía de verdad en un recuerdo para la abuela y en una aventura para los pequeños. 

 Mientras hablaba la abuela, su madre, canturreaba la melodía, sentada tras la máquina de coser, con el pequeño flexo apuntando a la costura repetía  “mamá, déjales de historias que tienen que hacer los deberes”.

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