miércoles, 8 de marzo de 2017

Hoy Día Internacional de la Mujer pero qué pasará mañana

     Aquí estamos otro 8 de Marzo  girando el mundo alrededor de la mujer. Reportajes, programas de radio tematizados, coloquios, exposiciones, videos y, en este siglo XXI, hasta el washap se bloquea con la recepción de mensajes, emoticonos, gif. Todo son reivindicaciones, felicitaciones, frases, ideas, intenciones…palabras.

Es genial que, aunque sea solo un día, se olvide si la mujer tiene vulva o pene y se recuerde que  la participación femenina en los órganos de dirección de las empresas del IBEX 35 era solo del 11,75%, que solo un 30% de las mujeres españolas son empleadoras o que en 2017 ya han muerto por violencia de género 27 mujeres.

Sí, es positivo que hoy se recuerde que la mujer no salió de la costilla de un hombre, sino que es igual que el hombre, aunque es mucho más importante que convirtamos en hechos las palabras, en realidad las intenciones y en osadía los pensamientos.


 El día que llegue ese momento significará que esta sociedad habrá evolucionado y no será necesaria la existencia de un día de concienciación social de reivindicación o de reclamo.

Mientras tanto, ¿qué pasará mañana?

Mañana continuarán existiendo (que los hay) los colegios solo de chicos y solo de chicas, seguirán los políticos luchando por cuotas de paridad en lugar de “meritoriedad”, las muñecas seguirán siendo el primer regalo de una niña,  tendrás que intentar no acudir a una entrevista de trabajo con minifalda ni escote para que lean el cv y no escudriñen tu cuerpo.  Seguirá alguna joven famosa y guapa diciendo cosas como éstas “soy como todas las mujeres…nacidas para criticar y criticarnos a nosotras mismas”.



No es bueno instalarse en el desencanto, pero tampoco es positivo esconder la realidad durante 24 horas. El camino se hace andando y solo existirá la igualdad social real cuando, como dijo Clara Campoamor el pasado siglo, "se considere a la mujer simplemente como un ser humano” y ella dignifique su valor humano, apuntaría yo.

El hombre y la mujer jamás serán iguales, ni genética ni física ni emocionalmente nuestros cuerpos responden igual. Pero no por ello uno es inferior a otro. Esa debería ser la auténtica pretensión.

Sería un acto de soberbia apuntar las ventajas de un liderazgo femenino, aunque, seamos realistas, ¿acaso no es la mujer la que lidera el hogar?

Conferir un cariz singular a la mujer no es positivo. La sociedad que quiere avanzar no requiere de paridad numérica, necesita autenticidad, calidad, aptitud, eficacia, bondad, talento, competitividad, habilidad, maestría, preparación y todo ello debe estar al alcance por igual al ser humano que es el hombre y al ser humano que es la mujer.

Y para ello, tan importante es la reivindicación como la actuación. Si las mujeres ocupan casi el 70% de las aulas universitarias en España, por qué muchas se o nos rendimos en el camino. Como dijo Hortensia Roig en una magistral tertulia de HORA 25 en Valencia,  “las mujeres deben atreverse”.

Tal vez, ése sea el verdadero problema, el exceso de autoexigencia, de querer llegar a todo; la obligación social de tener que ser madre para completarse personalmente; la necesidad de elección entre la familia y el trabajo; la ausencia de osadía, el conformismo.

Las mujeres hemos avanzado pero, como bien apuntó en ese mismo coloquio anteriormente mencionado, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, “las mujeres hemos conseguido el espacio público (en parte) pero falta que el hombre conquiste el espacio privado


Solo cuando se obtenga el compromiso en el ámbito privado se podrá avanzar al terreno público. Mientras la “mamá sea la que haga la compra y arregle la casa”, como apuntaba un niño en el referido programa, de muy poco servirá utilizar como estribo reivindicativo cada 8 de marzo si éste no se rentabiliza en un caudal para actuar.

Y para ello, como también se apuntó en la tertulia  anteriormente mencionada, tan importante es la acción del hombre como de la mujer, porque es imprescindible que  el hombre se olvide de la palabra compatibilidad y acuñe el término colaboración. Cualquier otro camino está abocado al fracaso o al triunfo parcial y no al compromiso real.


La aportación del hombre para conseguir que el desarrollo social, político y económico de la mujer sea un hecho precisa de su aportación y no de una indolente defensa.  Porque como dijo el francés Charles Fourier La extensión de los derechos de la mujer es el principio básico de todo progreso social”.

Seguidores